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MARIANA CORES
Lunes, 17 de mayo 2010, 02:27
Doscientos años después de que las tropas españolas requisaran en la batalla de Calderón a los rebeldes la primera bandera de México, el estandarte regresó ayer a sus legítimos dueños. El presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón, presidieron el acto de intercambio de las banderas que fueron arrebatadas a ambos bandos durante las batallas en la guerra de independencia.
En el acto, que tuvo lugar ayer por la mañana en la Plaza Mayor de Santillana del Mar, el presidente Calderón resaltó la emotividad de este gesto, dado que se trata del estandarte con el que el ejercito insurgente, encabezado por el cura Miguel Hidalgo y el capitán Ignacio Allende, se levantó en la villa de San Miguel el Grande. «Es la primera bandera de México. El hecho de que vuelva es un acto muy significativo, que enaltece la amistad de los dos países», dijo Calderón. Ambos dignatarios resaltaron los estrechos lazos entre ambas naciones y su voluntad de mantener nexos de unión.
Hasta ahora, la bandera mexicana, con la imagen de la Virgen de Guadalupe en el anverso y el Arcángel San Miguel con el aguila imperial en el reverso, ha estado custodiada en el Museo del Ejército, mientras que la 'coronela' española que ayer también fue devuelta estaba expuesta en el Museo de Chapultepec. Ésta fue capturada por las tropas de la República Federal Mexicana durante la batalla de Tampico contra la expedición del general español Isidro Barradas en 1829. El vencedor de la batalla fue el general mexicano Antonio López de Santa Anna, más conocido por otra de sus hazañas militares, la toma del fuerte de 'El Álamo'.
Dos años de negociación
Hace dos años que Calderón se puso en contacto con su homólogo español para proponerle el intercambio. Estos 24 meses de negociaciones y trámites culminaron ayer con la firma del acta de permuta por parte de la secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, Patricia Espinosa, y el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos.
Durante la entrega de las banderas, que estaban enmarcadas para evitar que las telas se deterioren, intervino una unidad con banda de tambores y pífanos del Regimiento de Infanteria Inmemorial del Rey número 1 del Cuartel General del Ejército de Tierra. Iban ataviados con uniformes de época del reinado de Carlos III.
Calderón apuntó que el hecho «de que los estandartes regresen es uno de los actos más entrañables y emocionantes y de mayor valor histórico de todos los conmemorativos del bicentenario del inicio de la independencia de nuestro país. México nunca olvidará este gesto». Para el presidente azteca los dos países «transcienden el pasado, sin negarlo, y lo convierten en un nuevo símbolo de unión». Calderón, que cerró su discurso con un «¡viva México, viva España!», dijo que a ambos les une un pasado heroico y un futuro promisorio».
Por su parte, Zapatero destacó el hecho de que el intercambio se produzca coincidiendo con la celebración del bicentenario de la independencia de México y vio en este evento «una mirada respetuosa al pasado compartido y una visión al futuro común y rico». «España y México tienen muchos motivos para sentirse orgullosos del camino recorrido juntos y también para seguir construyendo un futuro compartido», agregó Rodríguez Zapatero».
México y España se han prestado, además, otras dos banderas que quedarán en depósito durante cinco años. Es una enseña gemela de la bandera más antigua de México y de una enseña sencilla con la Cruz de San Andrés que también fue confiscada por las tropas mexicanas a la expedición de Barradas en la batalla de Tampico.
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