Borrar
El edificio del Santuario es inmenso y en la actualidad sólo tres religiosos viven y se encargan de él. :: N. CAVIA
Los dominicos no pueden mantener el Santuario de Las Caldas de Besaya
LOS CORRALES DE BUELNA

Los dominicos no pueden mantener el Santuario de Las Caldas de Besaya

Para los tres religiosos que aún viven en ese majestuoso conjunto histórico, es una carga «prácticamente insoportable»

NACHO CAVIA

Martes, 18 de mayo 2010, 09:43

Quien iba a decir a los dominicos que hace más de 400 años llegaron a Los Corrales de Buelna que el dinero y las vocaciones se convertirían en un lastre difícil de resolver. Pero es así. La supervivencia a corto plazo del majestuoso Santuario de Nuestra Señora de Las Caldas de Besaya corre serio peligro. El alto coste económico y personal para mantener en pie un conjunto como ese se está convirtiendo en una carga demasiado pesada para los tres dominicos que a día de hoy viven en él. El padre superior, Nicanor Maillo, reconocía ayer mismo que «el mantenimiento material del Santuario se nos hace prácticamente insoportable, una casa de este volumen es un peso muy fuerte». Aunque se alegra de que los fieles no abandonen el centro Mariano, no esconde que el lugar adolece de otro problema, si cabe más difícil de resolver: la carencia de vocaciones dentro de la Iglesia, que se convierte en otro riesgo de futuro para uno de los baluartes del patrimonio histórico y espiritual de la Iglesia en Cantabria.

El valor humano del Santuario pasa por tres dominicos que aún se mantienen en activo. Otros dos están ahora en las enfermerías de la Orden en España. Unos y otros con muchos años sobre la espalda, aunque, según el superior, «si bien es cierto que pasamos momentos realmente difíciles, lo llevamos con gusto, todavía tenemos fuerza». Aunque con una sonrisa, el padre Maillo sabe que no sólo es eso. Además, esos únicos tres dominicos tienen que afrontar el servicio pastoral que abarca las celebraciones religiosas del Santuario de Las Caldas de Besaya junto a las de las parroquias de San Mateo y Somahoz en Los Corrales de Buelna, y Yermo, Riocorvo y Cohicillos en Cartes. Una auténtica locura diaria que les deja extenuados al terminar, ya muy tarde «una jornada que se inicia a las seis de la mañana». Hay que tener mucha fe para aguantar. Una fe que, tal y como están las cosas, deberá mover montañas, pero de dinero.

«Hay que mover mucho los números para que a final de mes lleguemos a cuadrar las cuentas. La realidad es esa y tendremos que apelar a la ayuda de todos para que en la medida de las posibilidades cada uno haga lo que esté en su mano». No es teoría lo que dice. No es una cuestión de un futuro, sino una realidad que ya aqueja al viejo edificio. De hecho, el tejado del pabellón conocido como el de las monjas pronto se caerá si nada o nadie lo remedia, «pero no podemos hacer nada frente a todo esto».

Nicanor Maillo reclama mayor atención de las administraciones y de los católicos. Sobre las primeras señala que deberían apostar más y mejor por edificios de las características del Santuario, Bien de Interés Cultural, «un apoyo que notamos puntualmente pero que debería ser más efectivo». Lejos de ese apoyo, surgen problemas que asfixian aún más al convento. Ahora, con la largamente esperada conexión con el colector general, «que no hay forma de conseguir, y nos obligan a tener una depuradora que ni siquiera algunos pueblos tienen, con lo que eso supone de más gasto y mantenimiento». Problemas demasiado terrenales para hombres de fe que tienen ya por norma aquello de a Dios rogando... En ese sentido, reconoce el superior, «parece que las instituciones nos han olvidado un poco. Estamos tristes en ese aspecto, porque tenían que mirar un poco más por este gran valor patrimonial, histórico y religioso que tenemos en Cantabria».

También reclama su potencial ante los superiores de la Orden. Maillo señala que, siempre que puede, hace hincapié antes sus superiores del peso que un Santuario Mariano como el de Los Corrales debe tener: «soy consciente de que en la Iglesia, pero quizás sobre todo en nuestra Orden, la Virgen es crucial, por eso toda mi ilusión es recordar que habrá muchas casas, misiones, movimientos que mantener, pero hay que potenciar los Santuarios, porque son la casa de la Virgen y como en todas las casas, cuando la Madre desaparece, la familia lo sufre especialmente». Y añade que «hoy, que estamos todos preocupados por al escasez de vocaciones, sería un error, olvidar los Santuarios.'

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Los dominicos no pueden mantener el Santuario de Las Caldas de Besaya