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CANTABRIA

El timo del alquiler inglés

Los presuntos propietarios de los pisos viven fuera y piden una cantidad a cambio de enviar las llaves y el contrato. Falsos anuncios publicitados en la red ofrecen gangas en Santander

ALVARO MACHÍN

Lunes, 31 de mayo 2010, 10:01

Uno es un «amplio piso en El Sardinero de tres habitaciones, salón, cocina equipada y dos baños». El otro, también en Santander, «cuenta con cuatro dormitorios» y «en uno de ellos se puede instalar un despacho». Las fotos -ampliables y bien seleccionadas- muestran un lugar apetecible, mucho más al leer que el precio de alquiler del primero es de 325 euros y el del segundo de 380. Dos anuncios en Internet, dos presuntos propietarios, dos correos diferentes para contactar... Lo curioso es que la respuesta al 'mail' para solicitar información es exactamente la misma. Palabra por palabra. Exactos. Huele a timo...

Los supuestos arrendadores viven en Inglaterra y sólo pueden enviar las llaves a través de empresas de mensajería a cambio de un pago mediante 'Western Union'. No se fíe.

«Los siento para mi español. Será muy bien si usted habla inglés». Así terminan los dos correos de respuesta. Los 'anzuelos' aparecen en una página web de anuncios gratuitos. Ambos llevan fotos reales, precios de verdadera ganga y condiciones ventajosas. «Dos cuartos de baño y una amplia cocina cuadrada reformada recientemente. El precio incluye agua caliente y calefacción central. Posibilidad de alquilar también plaza de garaje», describen. «Debe saber seguramente si usted concuerda porque tengo un montón de personas interesadas», apremian ambos.

Su oferta se basa en dejar un depósito de un mes de fianza y un mes de alquiler (650 y 760, respectivamente). Aseguran que la empresa de mensajería enviará una notificación de entrega para confirmar que tienen las llaves y los papeles de un futuro contrato. En ese momento, el interesado hará el depósito a un agente de Western Union, que sólo 'soltará' el dinero en caso de conformidad. Pero algo falla en la cadena y el usuario suele encontrarse con unas llaves de un piso que no existe (o es de otra persona) y sin dinero.

Se trata de grupos organizados con origen en otros países que saben 'borrar' todas las pistas. Tienen muchos sistemas: el uso de agentes falsos de empresas como Western Union, Money Gram o Money Booking, la utilización de 'mulas' que crean y cancelan cuentas bancarias en el mismo día con falsos titulares...

Guerra al estafador

La Guardia Civil es la que lucha contra estos estafadores. Rastrean direcciones IP (la 'matrícula' de Internet), cruzan datos en todo el país... Además, se rastrean los anuncios, se acude a los registros de administradores de las empresas donde se ponen... En el último año no ha habido denuncias en Cantabria relativas a 'timos' en vivienda, pero sí a vehículos -en los que hasta se falsifica la documentación- y a otros muchos productos.

¿Y los anuncios? Pues resulta llamativa la dificultad para contactar con las empresas donde se exhiben. En la página en la que aparecen estas dos ofertas (han estado en otras) no funcionan buena parte de sus direcciones de correo y el contacto telefónico resulta más que complicado. Dos usuarios particulares responden al otro lado de la línea y dicen estar «hartos» de recoger llamadas de números que figuran en páginas web asociados a esta empresa.

Tras varios intentos, sí hay respuesta en un apartado concreto ('estafas/denuncias') donde se incluye la referencia exacta del anuncio. Afirman que intentan mantener su sitio web libre de anuncios falsos pero que al publicarse miles cada día se dificulta la tarea. Además, confirman que han borrado la oferta y bloqueado al anunciante. Sin embargo, más de 48 horas después sigue expuesto en el mismo lugar.

Otros timos

El 'timo del inglés' no es, ni muchos menos, el único que circula estos días. En algunas inmobiliarias cántabras ya han recibido la llamada de un africano interesado en una promoción con una herencia jugosa. Sólo necesita un dinero para viajar hasta España para hacer efectivo el cobro. Pide un anticipo para costear el billete...

En un establecimiento hostelero de la región han recibido recientemente una reserva pagada vía código de tarjeta de crédito. Días después se anunciaba que, por un accidente, no se podía llevar a cabo el viaje. Lógicamente, enviaban un número de cuenta para devolver el importe. El problema es que las tarjetas de crédito eran robadas y el titular de esa cuenta con fecha de caducidad se evaporó como la espuma con casi 3.000 euros. Vaya una faena...

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