Borrar
De padres a hijos, Boy Van Poppel (izquierda) y Mario Gutiérrez, en la salida de la quinta etapa del Circuito Montañés, en Polanco. :: ANDRÉS FERNÁNDEZ
Papá, de mayor quiero ser sprinter
CIRCUITO MONTAÑES 2010

Papá, de mayor quiero ser sprinter

Mario y Boy tratan de hacerse un hueco en las 'volatas' con el recuerdo imborrable de los duelos internacionales de sus padres en los años 80 y 90 Los hijos de Alfonso Gutiérrez y de Jean Paul Van Poppel coinciden en esta edición del Circuito

M. MENOCAL

Lunes, 14 de junio 2010, 02:12

No lo pueden negar. Sus rodares y sus plantas. Uno pequeño y chaparrete, de pierna musculosa y moreno. El otro, alto y espigado, de pierna larga y pelo claro y tez blanca. Mario (Trasmiera Footon) recuerda a Alfonso y Boy (Rabobank) a Jean Paul. Probablemente, dos de los mejores sprinter que dio el pelotón internacional de los años 80 y 90. Sus duelos fueron épicos y el número de victorias abrumador de estos dos colosos de la velocidad.

El holandés consiguió nada más y nada menos que 94 victorias en el campo profesional destacando sus 7 etapas en la Vuelta a España, 4 en el Giro de Italia y 9 en el Tour. En la ronda española se vio las caras con Alfonso Gutiérrez que se impuso en tres etapas de la Vuelta así como en, prácticamente, todas las carreras del calendario nacional. El destino ha querido juntar a los hijos de ambos y, curiosamente, en el Circuito Montañés se está viviendo esta circunstancia. «No me acuerdo muy bien, era muy pequeño» asegura Boy Van Poppel cuando se le pregunta por las victorias de su padre. Tiene 22 años y su padre 'colgó' la bicicleta en 1995. «Yo también era muy pequeño pero siempre me he interesado. Ahora navego por internet y busco fotos de aquella época», afirma por su parte Mario Gutiérrez. «Mi padre me ha hablado mucho de él (Van Poppel) y me ha dicho que era muy potente. A nivel internacional ganó más carreras que mi padre pero sí se enfrentaron muchas veces» añade el cántabro.

Consejos de primera mano

En el caso del holandés ya ha cosechado triunfos en Ciclo Cross e, incluso, en pruebas contrarreloj pero los genes son los genes. «Mi padre siempre me dice que cada sprint es diferente. Me dice que tienes que coger confianza y cada día acercarte más. Ser más valiente y más rápido» comenta en ciclista de Rabobank. Mario tiene también sus 'trucos' dictados en primera persona de su padre. «Lo más importante es hacerse respetar, ganar y hacerte valer en tu espacio íntimo. Si un día te quitan la rueda buena mañana van a venir a quitártela otra vez».

La pregunta que todos los aficionados a este bello deporte se hacen es siempre la misma, ¿Hay que estar loco para ser sprinter?: «Loco no pero sí es necesario hacer cosas en los últimos 3 kilómetros que durante la carrera no haces. Hay que estar dispuesto a eso» manifiesta Mario, teoría que comparte su 'rival'. «Las llegadas son muy rápidas y hay que estar dispuesto a meterse por sitios difíciles y arriesgar. Todos quieren ganar y no se puede. Eso no ha cambiado».

Lo que tampoco se puede negar es que la figura del 'sprinter' tiene un componente geográfico. En Holanda significa una cosa y en España otra. «En España se les tiene más respeto a los corredores 'vueltómanos'. Si mi padre hubiese sido belga u holandés, con el palmarés que tiene hubiera tenido otra valoración» comenta resignado Mario. Por su parte, Boy Van Poppel asegura que en Holanda los velocistas son una clase aparte. «En Holanda el ciclismo está muy cuidado. Hay ciclistas de todos los tipos pero los 'sprinters' son muchos y muy buenos».

El Circuito sirve de nexo de unión entre generaciones. Un Circuito que para estos dos ciclistas tiene su 'miga'. El corredor del país de los tulipanes miraba hacia el cielo al responder: «Está haciendo muy mal tiempo. Se está haciendo muy duro. Hay que acabar y buscar nuestras opciones en las etapas que nos vengan bien». Van Poppel conocía esta prueba por sus compañeros. «Me habían hablado de ella: me habían dicho que es muy dura pero es muy importante hacer cosas buenas aquí para pasar a profesionales». Su objetivo está claro: Llegar a Santander.

A Mario se le atragantó el año pasado esta prueba y por una inoportuna alergia se tuvo que ir a casa el primer día. Este año se está encontrando mejor. «El tiempo está siendo muy malo pero van pasando los días. La etapa de Santander es muy bonita y me gustaría estar ahí. Se que es difícil pero lo intentaremos».

Los tiempos han cambiado, 20 años separan la época de apogeo de sus padres con la actual. «Antes los ciclistas miraban a ver quien movía más desarrollo, las piernas estaban robustas y ahora la gente se cuida mucho y es todo lo contrario, se busca andar ligero y no gastar nada» aseguraba Mario aunque el vástago de sprinter holandés asegura que aún así, los finales siguen siendo iguales. «Al final, hay que ser listo, colocarte muy bien y elegir bien la rueda a seguir. Hay que arriesgar y ser rápido». Hay cosas que no cambian. Padres e hijos, genética al servicio de la bicicleta. Algo tiene este deporte que engancha y no se puede soltar. En casa de los Van Poppel y de los Gutiérrez se sigue buscando la rueda buena, algún que otro codazo con el propósito de levantar la manos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Papá, de mayor quiero ser sprinter