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RAFA TORRE POO
Jueves, 17 de junio 2010, 10:42
El guión de cómo ganó el Caja Laboral la liga ACB se parece mucho al de cualquier película de sobremesa americana, en la que el equipo de baloncesto de alguna universidad menor se mete, contra pronóstico, en la final por la liga. Dos horas de duración para terminar con una canasta, que a cámara lenta acaba dando el título a los no favoritos. Eso es lo que sucedió el martes en Vitoria. Por cierto, el nombre del actor principal de este film tiene acento cántabro: Fernando San Emeterio.
-Cuénteme, ¿soñó alguna vez con protagonizar una película que tuviese un final feliz mejor que el de la noche del martes?
-La verdad es que fue algo impresionante. Ni en los mejores sueños se me había pasado por la cabeza. Todavía no me lo creo, estoy como en una nube. Ya hoy (por ayer) he empezado a darme cuenta, lo estoy asimilando. Estoy súper contento, emocionado y disfrutando cada instante. La misma situación del martes no creo que se vuelva a repetir en la vida.
-Cuente, cuente... canasta, falta y tiro libre. El título de liga en sus manos. ¿Cómo lo vivió?
-Intensamente. Veo que falla el tiro libre Basile. Cojo el rebote y lo primero que pienso es en ir rápido hacia la otra canasta, aunque luego pienso en jugármela tirando un triple. Entonces decido que es mejor penetrar, y una vez cerca del aro intento que Morris no me ponga un tapón. Lo evito, me da en la mano y meto la canasta con falta incluida. Es ahí cuando empiezo a celebrarlo. Luego me doy cuenta de que hemos empatado, que es importante, pero que lo único que tenemos es asegurada la prórroga. También pienso en que puedo ganar el partido y la liga si consigo meter el tiro libre que me queda, y aún con esas, todavía ellos tienen cinco décimas para meter una canasta.
-Imagino que fueron muchas sensaciones en muy pocos segundos, porque tras el empate el tiro libre iba a ser el que decidía.
-Cuando meto la canasta pasamos de tener el partido muy en contra a tenerlo empatado. Me alegro por la canasta y lo primero que pienso es en celebrarlo. De hecho soy yo el que tiene que frenar los ánimos de mis compañeros. Ahí es cuando realmente me di cuenta de lo verdaderamente importante que era conseguir meter ese tiro.
-¿Qué se le pasa por la cabeza en el instante en que el balón deja sus manos y va camino de la canasta?
-En ese momento lo que intento es pensar que es un tiro libre más. Solamente quiero que entre. Como si fuera un partido cualquiera. Tenía que engañarme para que los nervios no hicieran acto de presencia y la mano no temblase.
-¿Pensó alguna vez en las consecuencias que hubiera tenido si el balón no entra?
-No. Nunca. Eso no se puede pensar. Sólo quería meterlo. Preferí no distraerme con nada más, para no descentrarme. La verdad es que conseguí tirar a canasta con el nerviosismo habitual de un tiro libre.
-¿Y sus compañeros? ¿Qué le dijeron?
-En esos momentos es mejor no decir nada. Estaban igual de tensos y acongojados que yo.
-Y después, ¿el delirio, no? Tanta tensión acumulada que acabó convirtiéndose en alegría.
-Sí, pero ellos tenían cinco décimas después de mi canasta para marcar. Además el balón toco aro... Cuando vi que no entraba es cuando realmente comenzó el delirio, la celebración y el éxtasis.
-¿Qué fue lo primero que se le paso por la cabeza?
-Nada. Es curioso, pero no pensé nada en especial. Se me quedó la mente en blanco. Lo que sí hice fue fijar la vista en la zona donde estaba mi familia y mi novia.
-¿A quién le dedica esta liga?
-A mi familia, por supuesto. A mi abuelo que lo vive como el fan número uno y a mi novia. Todos han estado en los buenos y en los malos momentos. Eso es lo más importante para mí.
-Sabe que a partir de ahora usted ha adquirido la categoría de héroe en Vitoria.
-Si, claro. Hoy aquí hablan de que a partir de ahora todos los 15 de junio se va a celebrar la festividad de San Emeterio. Es una gozada todo, todavía no me lo creo. Me encanta que hayamos hecho tan feliz a tanta gente.
-Y además frente al grande entre los grandes, esta temporada.
-Sin duda el Barça ha sido el mejor equipo de Europa esta campaña y, por tanto, el peor rival para nosotros. Pero bueno, confiábamos en nuestras posibilidades. Sabíamos de la dificultad, de que podíamos hacerlo. Lo demostramos en Barcelona y lo teníamos que rematar en Vitoria. Fue nuestra primera oportunidad. Pasar de un 3-0, como todo el mundo pensaba inicialmente, a un 0-3 ha sido impresionante.
-Seguro que la noche se ha hecho larga.
-Pues sí. (Risas) Como todos podéis imaginar fuimos a cenar y luego a dar una vuelta por los bares con la afición. Tocaba disfrutar, ¿no?
-La agenda durante estos días será de lo más apretada, ¿no?
-Pues sí. Mañana (por hoy) vamos a visitar a la patrona de Vitoria, la Virgen Blanca. Estaremos con toda la afición para compartir el título con ellos.
-No era el único cántabro en el pabellón. En la grada había muchos aficionados de Cantabria para animarle.
-Ya lo sé y eso me enorgullece. Es bueno que un jugador cántabro, por fin, gane una liga ACB. Espero que los que vinieron el pasado martes lo hayan disfrutado tanto como yo.
-Ahora más sosegado y tranquilo, ¿hágame un balance de la temporada?
-Ha sido muy dura. Demasiadas lesiones en el equipo. No hemos podido trabajar todos juntos y eso se ha notado. Cuando hemos recuperado gente tras la eliminación de la Euroliga y hemos podido trabajar todos juntos, el equipo ha ido para arriba como la espuma. Eso ha provocado que hayamos acabado siendo el mejor equipo de España, sin ningún tipo de duda.
-¿Qué papel ha jugado Dusko Ivanovic en este guión?
-Ha sido el mejor director y uno de los responsables de esta película. Desde la eliminación en la Euroliga ha hecho un trabajo de motivación y táctico insuperable. Nos inculcó que podíamos ganar la liga, ya que era el único título al que podíamos aspirar.
-Y en el plano personal, ¿cómo calificaría su temporada?
-La temporada ha sido de película de ficción. Al principio me comunica el club que mejor que me buscara una salida, porque no iba a jugar demasiado. Al final soy el jugador que más minutos ha disputado de la ACB, y encima con este último partido. Ha sido una campaña, en lo personal para enmarcar.
-¿Le había sucedido alguna vez algo parecido?
-No. Era la primera vez. Siempre he estado bien valorado en todos los clubes en los que he jugado. Por eso ha sido muy duro. Es un trago amargo por el que hay que pasar. Lo que sí me ha servido es para valorar mucho más éxitos como el de ayer.
-Le habrá servido también para madurar, ¿no?
-Ha sido un verano muy difícil. Pero que me ha ayudado motivarme más. Ha sido un acicate que me ha servido para superarme y no hundirme.
-¿Qué retos tiene a partir de ahora?
-No lo sé. Me quedan muchos por conseguir. Por ejemplo uno es ganar una Euroliga, ya que no tengo ninguna. Este club lo lleva rondando varios años, y a ver si puede ser la próxima campaña. Sería realmente bonito y mucho más, con esta afición y con este club.
-¿Y lo de defender los colores de la Roja? Dicen que Scariolo tiene su nombre en la lista del Mundial.
-Ojalá pueda ir a a Selección. Me hace muchísima ilusión. Sería una convocatoria ganada a pulso con mucho trabajo. Si llega esa oportunidad no la dejaré escapar.
-Como dicen los más jóvenes, sería lo más para usted.
-Sí, es lo máximo a lo que puede aspirar un jugador español de baloncesto. Es con lo que soñamos todos. Sobre todo, por lo que se ve desde fuera. Se intuye un gran ambiente, un grupo de amigos que encima ganan títulos. Poder formar parte de ese grupo sería el súmmum.
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