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NACHO CAVIA
Jueves, 8 de julio 2010, 10:30
En el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna las subvenciones pedidas a las administraciones nacional o regional ni están ni se esperan. Al menos pronto, debido principalmente a la escasez de recursos de las consejerías del Gobierno regional, a las que, eso sí, se han presentado proyectos en casi todas las convocatorias. Un nuevo pesar para las arcas municipales que trae de cabeza al gobierno de Mercedes Toribio, que se queja de que llegan más negativas que ayudas concedidas. Bien es cierto que, de esas peticiones, aún la mayoría tienen colgado el cartel de 'pendiente'.
Algunas, que fueron apalabradas no hace mucho, tampoco aparecen en las nuevas previsiones, como el caso de la acordada con la Dirección General de Administración Local para reformar las antiguas escuelas y convertir el céntrico edificio en Casa Consistorial. La situación duele aún más cuando, según la alcaldesa, parece que a otros ayuntamientos se les insta a presentar proyectos para su financiación por la misma Dirección General. «Cuando lo había no nos tocaba y ahora que no lo hay, peor».
Así que lo que queda es «asumir con ingenio lo que no podemos hacer con dinero en una situación complicada como esta», según Toribio. Porque «lo que nos cuentan en las reuniones con el Gobierno es que no hay ni un euro».
De todas formas, las esperanzas están depositadas en subvenciones para grandes proyectos de equipamiento que esperan una decisión del Ejecutivo cántabro, como la puesta en marcha de un taller de empleo o un proyecto de rehabilitación de fachadas, que en conjunto sumarían medio millón de euros.
Bien es cierto que, con o sin esas subvenciones, el presupuesto es «muy poca cosa, no hay prácticamente margen ni para inversiones ni para nada, y menos si no nos conceden subvenciones», como reconoce la alcaldesa.
Y como a perro flaco todo son pulgas, ahora van y suben las facturas de la luz y del gas, incluso el IVA «que también nos afecta, y es que, al final parece que es igual lo que hagamos, porque nuestros recortes se contrarrestan con los de las transferencias del Estado o de la Comunidad Autónoma, incluso un mercado inmobiliario en picado». Vamos, que cuadrar las cuentas es como la cuadratura del círculo.
Un punto optimista
Lo que sorprende es que la visión particular no deja de tener un punto de optimismo. Toribio dice que la marcha del Ayuntamiento es «moderadamente buena», debido a una gestión encaminada a poner orden en la situación económica y urbanística. Lo importante, apunta, es que «cada céntimo de euro sale del Ayuntamiento con autorización de Intervención y Secretaría y con absoluta transparencia».
Todo es admisible dada la situación. Lo que no acaba de gustar es que el «tinte político o personal» pueda ser el que coloree el cuadro. Por ejemplo, resalta que el cambio de responsables en Administración Local coincidió con el anuncio de las dificultades para asumir la reforma del edificio de las antiguas escuelas. Así que ese proyecto de nuevo Ayuntamiento sigue en las mesas de Administración Local esperando una respuesta.
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