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CONSUELO DE LA PEÑA
Lunes, 26 de julio 2010, 09:48
La construcción de viviendas nuevas en Cantabria ha experimentado un ligero repunte durante este segundo trimestre, una situación que no se producía desde el año 2006. No obstante, este leve crecimiento puede ser coyuntural, ya que coincide con la subida del IVA el pasado 1 de julio. Esta circunstancia habría animado a los promotores a visar los proyectos ya redactados, para evitar el sobrecoste del 2% que conlleva el incremento impositivo.
Ante la crisis del ladrillo, que mantiene zombi al sector, los constructores tienen sus ojos puestos en el convenio que firmarán esta semana el Gobierno regional, las entidades financieras y los empresarios para dar salida al stock de más de 3.000 viviendas que tiene Cantabria.
En el segundo trimestre, el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cantabria visó contratos para construir 634 viviendas, lo que significa un 15% más que en el mismo periodo del año anterior, con 550 pisos. Un incremento que, sin embargo, no da margen para el optimismo, ya que se sitúa muy lejos de las viviendas visadas en periodos anteriores (1.564 en el segundo trimestre de 2008, 4.026 en el de 2007; 4.209 en 2006; 3.210 en 2005; y 2.463 en 2004).
Este sutil remonte parece ser una serpiente de primavera, coincidente con la subida impositiva, según apunta el decano de la organización colegial, Miguel Ángel Berrazueta, Porque lo cierto es que donde años atrás el horizonte estaba sembrado de grúas, ahora sólo se ve el vacío. El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria, Fidel González Cuevas, lo sabe muy bien: «En estos momentos en Cantabria no se ha iniciado nada. Se han presentado proyectos en los ayuntamientos para otorgar licencias, pero no quiere decir que se vayan a empezar las edificaciones. No hay signos de recuperación en el sector de la construcción de viviendas nuevas». Los promotores no empezarán a construir hasta que atisben un cambio en el mercado, si bien no permanecen inactivos. Preparan proyectos para iniciar la actividad cuando las dinámicas cambien. Por eso, el dato reflejado en la última estadística del Colegio de Aparejadores de Cantabria no es síntoma de recuperación, sino de previsión para cuando se produzca un cambio de tendencia.
La cifra de 634 viviendas en este segundo trimestre, con una superficie construida de 179.867 metros cuadrados y un presupuesto total de ejecución de 102,4 millones de euros, dista mucho de las 4.209 registradas en el mismo periodo de 2006, año en que la construcción alcanzó su máximo desarrollo de la década. Y es que fue a partir de ese ejercicio cuando el boom de la construcción que se había desarrollado en años anteriores empezó a apagarse.
El cierre del grifo crediticio sofocó la hoguera inmobiliaria, que había explosionado gracias, precisamente, a la chispa que aportó el sector financiero. Baste recordar que, según la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), entre 1995 y 2007 el crédito para comprar vivienda se multiplicó por nueve en España, y la financiación para actividades de construcción por 6,7, mientras que el crédito para actividades inmobiliarias fue el que más creció, multiplicándose por 25.
Las tornas cambiaron. La actividad en el sector se ralentizó hasta los momentos de práctica inactividad que se viven ahora, y los precios de la vivienda bajaron. Durante el primer trimestre del año, en Cantabria el precio de la vivienda libre ha caído un 5,9% respecto al mismo periodo de 2009, y un 4,2% respecto al trimestre anterior.
El sector confía ahora en que el convenio suscrito entre el Gobierno, entidades financieras y empresarios permita al mercado digerir esos más de 3.000 pisos que tienen colgado el cartel de 'se vende'.
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