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FRANCISCO ÁLVAREZ
Domingo, 8 de agosto 2010, 12:50
Once segundos tras diez minutos de navegación, veinte segundos a la media hora, cuarenta segundos a los tres cuartos, cerca de un minuto rondando la hora... Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza (Feve Oviedo Kayak) van destrozando la prueba, metro a metro y kilómetro a kilómetro, en un río algo justo de caudal y con sus orillas afeadas por las riadas del pasado mes de junio. La tripulación asturgalaica robotiza su ritmo, entre 102 y 106 paladas por minuto, y por detrás de ella las opciones de Julio Martínez Gómez y Miguel Fernández Castañón (Club Deportivo Bañezano) van naufragando lentamente.
Récord inalcanzable
Al final, con el récord de la prueba en posición inalcanzable -protegido por el río, que ayer no fue propicio para intentar batirlo- y la victoria ya asegurada, el palista riosellano y el pontevedrés cruzan triunfales la línea de meta, soltando las palas para saludar a la tribuna unos metros antes de perderse bajo el puente y lanzarse al agua para festejarlo, según la tradición. Detuvieron el reloj en 1.06:50, cuatro minutos y medio más que el mejor tiempo de todos los tiempos, que fue logrado un año atrás por los grandes derrotados de ayer.
El 74º Descenso Internacional del Sella reveló, pasada la una de la tarde, una noticia importante: el cántabro Julio Martínez, ganador en K-2 en once ocasiones durante los últimos doce años, había sido destronado sin contemplaciones. Bajo el sol, la afición aplaudía a los nuevos héroes del río más universal de Asturias, que dominaron de principio a fin la prueba, de veinte kilómetros de recorrido.
El sorteo de posiciones ya había otorgado, antes de la salida en el puente de Arriondas, una estimable ventaja a la piragua del Oviedo Kayak, que partió en novena posición frente al trigesimoprimer puesto de los ganadores de 2009. Desde los primeros minutos, Bouzán y Fiuza mostraron la popa de su embarcación al montañés Martínez y al avilesino Castañón, quienes trataron de mantenerse a la altura del ritmo frenético impuesto por sus principales adversarios. Lo lograron, a duras apenas, hasta el tramo medio del descenso, en el que las distancias fueron agrandándose y la sensación de victoria fue creciendo en el asturiano y el gallego, que buscaban referencias visuales girando la cabeza periódicamente.
Cuatro piraguas acapararon el protagonismo de K-2 durante toda la prueba, pues al pulso por la cabeza que libraron las dos citadas se sumó, muy por detrás, otro duelo aún más intenso para conseguir el último cajón del podio, al que se subieron finalmente el palentino Jorge Alonso y el catalán Albert Corominas.
Bouzán y Fiuza (campeón y cuarto clasificado, respectivamente, en K-1 en 2009) ya habían advertido días antes de la prueba que le disputarían el triunfo sin complejos a Martínez y Castañón, aunque la tradicional fortaleza del once veces ganador del Sella hacía prever que no entregaría el triunfo hasta los metros finales. No fue así y sólo lograron reducir distancias sobre los perseguidos en momentos puntuales del trazado.
Revilla, fiel seguidor
Como es tradicional, la prueba deportiva fue seguida desde las riberas del Sella por decenas de miles de personas, entre quienes se encontraba, un año más, Miguel Ángel Revilla. Al concluir la competición, Revilla reconoció sentirse «un poco disgustado» por no asistir a un nuevo triunfo de Julio Martínez, aunque matizó que «qué menos» que dar el relevo a un asturiano como Walter Bouzán como campeón del Sella después de que los resultados del Sporting de Gijón en las últimas jornadas de liga contribuyeran a que el Racing de Santander continuara otro año en Primera División.
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