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ROSA M. RUIZ
Sábado, 14 de agosto 2010, 02:12
El demandado semáforo en la trágica recta de El Campón de Peñacastillo ya se enciende de rojo y verde. Ha sido una larga y sacrificada reivindicación que, teñida de sangre, ya ha llegado casi a su fin. Queda un fleco, un segundo disco luminoso que haga definitivamente de la citada carretera un lugar sin peligro. En ello, están los vecinos de la zona y el Ministerio de Fomento.
El Ayuntamiento, por su parte, continúa con los controles de los radares móviles para vigilar la velocidad de los automovilistas que ya han comenzado a levantar el pie del acelerador en ese tramo de carretera, muy frecuentado a lo largo del día.
Aunque los vecinos llevan varios años reclamando una señal que regule la velocidad de los coches en ese tramo de la carretera, el atropello de una niña de nueve años, el pasado mes de mayo, marcó un punto de inflexión. Entonces, se lanzaron a la calle y echaron un pulso a las dos administraciones de las que depende el tráfico de este carretera- pues la vía pertenece a Fomento y la regulación de la circulación es responsabilidad del consistorio santanderino-, que finalmente han ganado. Al presidente vecinal, Ricardo Mora, no le tembló la voz ante el alcalde De la Serna, ni con el concejal Eduardo Arasti, ni con el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, al que también acudió en busca de soluciones.
Han tenido que fallecer hasta tres niños para que los residentes en el Campón recuperaran su fe en los políticos. Insisten en que no hay ninguna familia en esta zona que no haya sido víctima de un atropello. Si bien fue tras la muerte de la pequeña Ruth cuando los gobiernos central y municipal decidieron tomar cartas en el asunto.
El fatídico accidente se produjo a la altura del número 23 de la calle El Castro (Carrocerías Puente), cuando la niña intentaba cruzar al otro lado de la carretera N-611. El vehículo, según relataron algunos testigos, arrolló a la pequeña y desplazó el cuerpo unos 40 metros. Ante la gravedad de las heridas, los familiares de la pequeña decidieron su traslado hasta la Residencia Cantabria, en lugar de esperar la llegada de la ambulancia que habían solicitado. Cuando el equipo de atestados llegó al hospital, Ruth ya había fallecido. Casualmente, el día anterior los vecinos habían pedido por televisión la instalación de un semáforo. Hartos de sustos y de que nadie les hiciera caso acudieron al programa España Directo de TVE que se hizo eco de su declaración. Ahora Ricardo Mora se felicita porque la instalación de esta señal les permitirá cruzar con seguridad y recordará a los automovilistas que van por un tramo urbano y que no se puede circular por encima de 50 kilómetros por hora.
Los familiares de Ruth ya no lo verán pues cambiaron de domicilio al no poder superar la pena.
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