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NACHO CAVIA
Lunes, 20 de septiembre 2010, 09:58
La carretera que unirá Barros, en Los Corrales de Buelna, con Puente Viesgo a través de San Felices de Buelna vuelve a tomar vida después de un año en el que parecía un enfermo terminal. Y lo hace para entrar en un proceso de tres meses que pretende dar de alta al enfermo, abriendo ese vial definitivamente antes de que termine el año. Las obras se retomaron a finales de la pasada semana y, aunque lentamente, la normalidad vuelve a uno de los proyectos cruciales en la red de carreteras de Cantabria, hasta el punto de que se trata de la obra más costosa del III Plan Regional de Carreteras. Lo más curioso es que el problema que paralizó la carretera afecta a no más de un par de kilómetros de todo su recorrido. El resto está ya terminado, por lo que esos tres meses pueden bastar para poder circular por ese vial.
Y es que, de la totalidad de proyecto original, sólo queda pendiente de ejecución el tramo que une Barros con Sovilla, ya que todo el trazado que discurre de la zona conocida como el Molino, en Sovilla, por Sopenilla y de ahí a Mata, y el del Alto de Hijas y su descenso hasta la localidad de Aes está terminado. Los trabajos pendientes se centrarán en el asfaltado de la plataforma, los 'remates' en el gran puente atirantado que vuela sobre el cauce del río Besaya y la señalización horizontal y vertical.
Nuevo proyecto
Para poder retomar los trabajos, la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanismo ha tenido que realizar un nuevo proyecto del vial circunscrito únicamente a 4,66 kilómetros entre las localidades de Los Corrales de Buelna y Mata.
La modificación fue requerida en julio de 2009 por la Consejería de Medio Ambiente, cuyos técnicos consideraron que era necesaria una nueva evaluación de impacto ambiental por haberse variado parcialmente el proyecto original. Por ello, en julio de 2009, con los trabajos paralizados, Obras Públicas inició la redacción de un nuevo proyecto para los kilómetros objeto del litigio. En agosto de aquel año, el documento ya estaba redactado a la espera de la declaración de impacto ambiental. La tramitación ha quedado definitivamente resuelta un año después, con la aprobación del documento por el Ejecutivo regional y su publicación en el BOC.
Ahora la cuestión, una vez retomadas las obras, es cómo se llamará a ese puente. A nivel regional podrían inclinarse por darle el nombre del inventor más insigne de la tierra, Leonardo Torres Quevedo. A nivel local, en San Felices de Buelna apuestan por darle el nombre de un insigne político, Pedro Guerra, hombre de la tierra crucial en la Guerra de la Independencia.
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