La guardia pretoriana de Óscar trabaja al compás del cántabro

Óscar Freire está tranquilo y confiado. Se ve bien y le gusta el recorrido. Ha revisado el final y le va bien. Qué más se puede pedir. Con estos argumentos el séquito de lugartenientes elegidos para la ocasión no pueden más que trabajar a gusto y en armonía. «Lo más importante es que somos una piña», admitió Carlos Barredo, ganador este año en la etapa de La Vuelta que finalizó en los Lagos de Covadonga. El asturiano será uno de los indicados para acompañar al cántabro en los kilómetros centrales de la carrera. «No debemos desgastarnos» añadió Barredo. «Lo importante es estar aquí, teniendo claro que a lo que vienes es a ayudar a Freire», afirmó Rubén Plaza. Parece como si este año el mensaje que se quiere transmitir es que la selección es un bloque en torno a una figura: Óscar Freire. El valenciano ha terminado muy bien La Vuelta y será uno de los encargados de controlar las fugas con su presencia en cualquier corte.

Otro de los centuriones será el vasco Haimar Zubeldia que después de varios años sin estar en el combinado nacional, vuelve con un lema. «Tengo claro que vengo a trabajar para Freire». Fue más allá el vasco admitiendo que Óscar es «una baza segura».

Objetivo: Apoyar al líder

El domingo, el tricampeón del mundo tendrá también debutantes a sus órdenes. Imanol Erviti es otro de los que se puede estrenar en una cita mudialista con posibilidades de llevarse el cetro. «Yo estoy aquí para trabajar». Nunca se tuvo más clara una misión. La presencia del cántabro en la selección otorga confianza plena. Todos conocerán su cometido y la carrera será la que vaya poniendo a cada uno en su sitio. Llevan juntos cerca de una semana desde que abandonaron España. juntos están tratando de adaptarse a Las Antípodas. Al reloj, al tiempo y a tantas y tantas cosas. Gilbert, Hushvod, Pozzato... Son algunos de los nombres que no dejan de repetir. Ellos serán los enemigos. «Tenemos que propiciar que Freire llegue con opciones al final», aseguró Barredo, palabras que son el grito de guerra de la selección. Estos días en Australia, España desprende unión y ganas. El sexto Mundial para España y el cuarto para el torrelaveguense es lo único que planea por la cabeza del combinado nacional. Con Juan Manuel Gárate en los primeros kilómetros, Carlos Barredo e Imanol Erviti para el trasncurso de la parte central de la carrera, Rubén Plaza destinado a controlar las fugas con su presencia y Fran Ventoso para los metros finales, Óscar Freire tiene constiuida una guardia pretoriana a su medida. El selccionador español, José Luis de Santos, se guarda una segunda opción por si «Freire no está bien». Se llama Samuel Sánchez. El asturiano, medalla de oro olímpica, buscará sus opciones si los italianos o los belgas rompen la disciplina española. Sólo así, el corredor de Esukadi-Euskatel tendría opciones finales. Con las cosas claras, todo es mejor.