«La idea está clara: llegar al final con Freire y ayudarle en el sprint»

Por sus características, Fran Ventoso será el Alejandro Valverde de este año. La punta de velocidad del cántabro le coloca como el 'lugarteniente' para los metros finales. El escudero más fiel para la victoria del torrelaveguense. Entre cántabros andará el juego. «La idea es llegar con Freire al sprint, ayudarle al final, da igual que seamos quince o que seamos cincuenta». Con las cosas tan claras, todo será más difícil.

Ventoso está en Australia como el niño que saca brillo a sus zapatos nuevos. «Estoy encantado, es como mi primera concentración cuando llegué a profesionales». El corredor, que abandonará al final de esta temporada el Carmioro para recalar en el nuevo Movistar, agradece su presencia al seleccionador pero también cuenta sus méritos. «Me lo he currado pero no es nada fácil estar aquí, incluso, teniendo resultados. Se lo quiero agradecer al seleccionador que haya confiado en mí».

A nadie se le escapa que sus victorias recientes en la París-Bruselas, su subcampeonato de España en ruta por detrás de Iván Guitérrez, y triunfos en la Vuelta a Madrid, son los argumentos que han permitido que Ventoso forme entre los nueve elegidos para luchar por el oro. Tras seis años de profesionalismo, y después de tres años peleando por volver a la élite, tras su marcha del por entonces Saunier Duval Prodir, el cántabro pedalea fuerte y con un futiro prometedor.

Nadie mejor que uno mismo

Los ciclistas sonlos que mejor se conocen. El debutante sabe cuál es su cometido para el domingo. Sabe, perfectamente, para que está en Australia y por eso se preocupa de 'su' capitán. «Yo le veo muy bien. Le veo confiado y tranquilo y eso influye bastante. Eso de que es despistado es un mito, lo tiene todo controlado». Con esas sensaciones todo puede ser posible.

Ventoso tiene su particular película de la carrera en el disco duro. Se hace una idea de por dónde pueden ir los tiros. Las ruedas a seguir, a quién hay que controlar... son tantas cosas. «Preveo que la dureza de la prueba hará que no lleguen muchos al sprint. Habrá que estar muy atentos y siempre al lado de Freire». Se respira ambiente cordial en la selección. Ese ambiente que en alguna ocasión faltó y permitió a australianos e italianos llevarse el 'arco iris', este año no falta. La carrera del domingo será distinta. No se pueden llevar pinganillos por lo que los ciclistas tendrán libertad para tomar ciertas decisiones. «Los italianos y Gilbert son los enemigos a batir».

262 kilómetros de recorrido en el que las ilusiones españolas se centrarán en nueve corredores. Curioso, pero en el último kilómetros, dónde se ganan las carreras, la idea es que sean dos cántabros las piezas que rematen el trabajo.