La justicia deberá resolver el futuro del bar de 'La Rasilla', en Los Corrales

La adjudicación del servicio de restauración del centro social de 'La Rasilla', en Los Corrales, no va a producirse en otro lugar que no sea los tribunales de justicia, donde la ganadora de ese concurso, Valentina Buturuga, va a recurrir una decisión del Ayuntamiento que le hizo perder el servicio.

El conflicto se originó este año, cuando expiró el plazo de la adjudicación anterior del servicio y se abrió un periodo de presentación de propuestas al que concurrieron un total de tres ofertas. En julio de 2010, la mesa de contratación aprobó la adjudicación del servicio a Valentina Buturuga por considerar que su propuesta era la más completa, tanto funcional como económicamente, entre las tres presentadas. En segundo lugar quedó la presentada por los todavía adjudicatarios del servicio, que lo son desde 2006 y que recurrieron esta decisión al considerar que no se había hecho una valoración correcta de su propuesta.

El recurso fue registrado en el Ayuntamiento de Los Corrales dos días antes de la sesión plenaria en la que se habría de adjudicar definitivamente el contrato, y el día en que se iba a celebrar esa sesión se retiró el orden del día.

Nuevoproceso

A la vista del recurso, la Corporación decidió aplazar la decisión sobre la cafetería de 'La Rasilla' hasta resolver el nuevo proceso. Esa fue, al menos, la explicación que la propia alcaldesa, Mercedes Toribio. En la última mesa negociadora se incrementó en casi tres puntos la primera valoración hecha sobre la propuesta de los recurrentes -atendiendo a los motivos expuestos en el recurso- de tal manera que su propuesta se situó por encima de la de Valentina Buturuga, que ayer anunció que llevará a los técnicos que han ratificado esa decisión a los tribunales.

Eso para empezar, porque Buturuga también esperará la decisión que tomen los concejales sobre la propuesta técnica para adoptar más acciones judiciales.

Éstos han pedido «más tiempo» para estudiar la nueva propuesta. Y parece que podría prosperar la opinión mayoritaria, que es volver a iniciar de nuevo todo el proceso. Algo que Buturuga ya ha anunciado que va a recurrir igualmente. Molesta, la mujer ha llegado a decir que «lamentaría tener que pensar que el hecho de ser rumana pudiera estar detrás del cambio de decisión» sobre el servicio público.