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SERGIO HERRERO
Miércoles, 27 de octubre 2010, 02:23
No es habitual que un ex deportista tenga tan sólo 31 años, pero va dentro de la idiosincrasia del deporte de la gimnasia. La cántabra María Pardo, campeona del mundo en Viena en la modalidad de tres pelotas y dos cintas, se dedica ahora a transmitir «lo que a mí me hizo feliz» en la escuela de Torrelavega. Fue sonada su polémica cuando abandonó la selección española a dos meses de los Juegos Olímpicos de Atlanta. Sin embargo, asegura, con la frialdad que donan el tiempo y la edad, que lo volvería a hacer.
Está casada y reside en Los Corrales de Buelna, una localidad que le ofrece «la vida tranquila que yo quiero». En Torrelavega trabaja con las más pequeñas, «con las niñas de iniciación»: «Me gusta mucho mi trabajo. Es una gozada poder dedicarme a ésto. Necesito el contacto con las niñas porque son todo naturalidad». En sus ratos libres, echa una mano en el negocio de su hermano y, de momento, no se plantea tener niños. «Ya tengo muchas niñas en la escuela», afirma entre risas.
María cree que la gimnasia ha cambiado de una manera espectacular desde su etapa de competición hasta ahora, especialmente en el aspecto técnico: «Lo que antes parecía difícil de hacer, ahora ya no lo es. En ese aspecto se ha mejorado mucho». Pero la carrera de la cántara se vio marcada por una polémica más allá de lo deportivo. Cuando apenas quedaban 60 días para la disputa de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, María Pardo abandonó la selección española de la que formaba parte a causa de la presunta dureza de la responsable del combinado nacional, Emila Boneva, con las jóvenes. «Lo volvería a hacer. Está claro que tiene que haber exigencia, porque estamos hablando de deporte de alto nivel, pero después de entrenar diez horas diarias, no era normal el mal trato que recibíamos». Sus compañeras se proclamaron campeonas olímpicas y ella se alegró. Podría haberse colgado una medalla de oro al cuello, pero no estaba dispuesta a ciertas cosas. «Yo tenía mis prioridades. Doy gracias porque llegué muy alto practicando un 'hobby', pero no me iba a jugar la vida en ello». Lo tiene claro, por eso está satisfecha con la mejora que se ha producido en los métodos utilizados por los técnicos: «Por suerte, el trato ha mejorado mucho, al menos en España».
Palmarés
María Pardo, que ganó en el Mundial de París una medalla de plata y dos de bronce (lo mismo que en el Europeo de Praga) y una de oro y dos de plata en el Mundial de Viena, dejó la gimnasia a los 17 años. Realizó unas duras declaraciones contra Boneva y el diario El País publicó varios fragmentos de su diario personal. Sus propias compañeras se pusieron en su contra, pero tres meses después de la publicación de su diario, el Consejo Superior de Deportes intervino para hacer más racional el sistema de entrenamientos. Esa fue su medalla, aunque para ella era demasiado tarde, porque ya no se encontraba en activo. Pero para las niñas que ahora aprenden de ella, la historia de su entrenadora cambió el deporte de la gimnasia en España.
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