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JOSÉ MANUEL MARAÑÓN
Viernes, 29 de octubre 2010, 10:49
Alo largo del mes de septiembre se desató, desde algunos sectores políticos, sociales y mediáticos, una furibunda campaña contra los sindicatos. Pasado el fragor de la huelga general, parece interesante poner encima de la mesa algunos datos y consideraciones que ayudarán a comprender el peso y la importancia de las organizaciones sindicales.
Comenzando por un somero análisis a nivel europeo, se observa que desde la crisis de los 70 se produce un retroceso de la tasa de afiliación sindical en los países democráticos que pasa del 35% en 1975 al 25% en 2000, detectándose un ligero repunte en la presente década.
En 2009, podemos decir que la tasa media de afiliación sindical en la UE-15 era del 35% bajando hasta el 23% en los nuevos miembros de la UE-27. De todas formas, había importantes diferencias. La tasa en países como los escandinavos está por encima del 70% y en países como Estonia, Polonia o Lituania por debajo del 15%.
Este dato hay que enmarcarle siempre en la estructura de la negociación colectiva. En los países nórdicos esta estructura está muy ligada a los sindicatos, de hecho los convenios que se firman 'cubren', con ciertos matices, solamente a la afiliación de los sindicatos firmantes. Esto hace que su nivel de afiliación y representación está, como decía anteriormente, en el entorno del 75%, con una cobertura de negociación colectiva del 87%.
Algunas conclusiones más a nivel europeo. Por edades, la gráfica tiene forma de una U invertida. Poca afiliación al inicio y final de la vida laboral y máximos a mitad de esa vida laboral. En cuanto al tamaño de empresa, la afiliación es grande en las administraciones públicas y en las grandes empresas y mínima en las microempresas. Según el nivel de cualificación, los mayores niveles de afiliación se dan entre los técnicos y trabajadores cualificados y los menores entre los trabajadores no cualificados.
En la UE-27 hay 19 organizaciones sindicales con más de un millón de afiliados/as, entre ellas CC OO que es el sindicato europeo con mayor nivel de incremento ya que ha pasado de 0,95 millones de afiliados/as en 2003 a 1,20 millones en la actualidad, con un crecimiento en siete años del 19%.
En España, la tasa de afiliación ha pasado del 13,7% en 1980 (1,11 millones de afiliados/as sobre 8,07 millones de asalariados/as) al 20% (3,11 millones de afiliados/as sobre 15,68 millones de asalariados/as).
Analizando diversas variables podemos sacar una serie de conclusiones, bastante similares a las europeas. Se afilian más los hombres (22%) que las mujeres (18%), los españoles (21%) que los extranjeros (7,5%) y los indefinidos (22,3) que los temporales (11,9). Según el tamaño de las plantillas, la tasa mayor se da en las empresas de más de 250 trabajadores (34,6%) y la menor en las de menos de 10 trabajadores (11,9%). Atendiendo a la ocupación,la tasa mayor se da entre técnicos y profesionales (22,9) y la menor entre los directivos (13,8) y según la actividad, la mayor está en los servicios cualificados (30,8) y la menor en la agricultura (7,2).
Por Comunidades Autónoma, los máximos porcentajes se dan en Asturias, País Vasco y La Rioja que superan el 23% y los mínimos en Murcia y Madrid que no llegan al 15%. En Cantabria estamos en una tasa de afiliación del 18.1%. Sin embargo, en España con esa baja tasa de afiliación, la tasa de de representación es alta, del 61% (en Cantabria del 70%) y la cobertura de la negociación colectiva se acerca al 80%.
Tenemos por lo tanto, en España, un modelo de relaciones laborales que da una amplia cobertura a los trabajadores/as pero que desincentiva la afiliación. Así los beneficios de la concertación social, de la negociación colectiva y de las intervenciones de los representantes sindicales alcanzan a la inmensa mayoría de los trabajadores/as, mientras que los costes de medios humanos y materiales recaen en exclusiva en las organizaciones sindicales.
Pero, también en España, la cultura empresarial es de peor calidad en lo que se refiere a la relación con los representantes de los trabajadores/as. A modo de ejemplo y solamente hablando de información, en Europa el 80% de la empresas facilitan información sobre su situación económica, financiera, de empleo.a los representantes de los trabajadores/as. En España el 60%. Los representantes sindicales dicen que la calidad de esa información es mala en un 26% de los casos en Europa y en un 36% de los casos en España.
Del análisis cuantitativo de la afiliación y la representación sindical en Europa se puede inferir que hay una relación directa entre los índices de productividad y los niveles de desarrollo económico y cohesión social, por una parte y los dispositivos de intervención sindical tanto en índices de afiliación, representación y negociación colectiva como de reconocimiento legal y real de sus funciones representativas, por otra.
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