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ELIXABET RUIZ
Lunes, 1 de noviembre 2010, 12:42
Después de casi tres años viviendo más penas que alegrías, los hosteleros de la Avenida de la Constitución, anexa al parking de Amestoy, empiezan a ver la luz al final del túnel. Ante la próxima inauguración de las obras, prevista para comienzos del año 2011, los empresarios han empezado a pensar en sus negocios y en las posibilidades que les va ofrecer el amplio espacio de acera que va a quedar.
Tanto es así, que están preparando, a través de la Asociación de Hostelería, un proyecto que presentarán al Ayuntamiento cuando esté terminado para su posterior estudio. En él, plantean la posibilidad de instalar una especie de terrazas acristaladas frente a sus bares. Éstas irían a varios metros de los locales para dejar un espacio intermedio de varios metros por el que podrían transitar los viandantes.
Poco se sabe acerca del diseño de estos espacios, pero lo que sí tienen claro los hosteleros es que todos serán iguales para no romper con la estética de la zona. Los empresarios tienen clara su idea y este es su planteamiento. Ahora tendrá que contar, en primera instancia, con el visto bueno del Ayuntamiento.
Quejas sin respuesta
Con el comienzo de la obra del parking de Amestoy en 2008 empezaron también los problemas para la hostelería de la zona que pasó de ubicarse en un lugar privilegiado, junto al mar y el paseo marítimo, a verse en medio de una gran obra que durante años cerró por completo la visibilidad más allá de la carretera.
La eliminación de los aparcamientos que albergaba el terreno del parque supuso otro lastre para los comercios del entorno que vieron como se reducía el número de clientes, ahuyentados por las dificultades para aparcar. Ante esta situación, las quejas han sido frecuentes en este tiempo, unas quejas que, en muchos casos, no han sido atendidas. La última reivindicación del sector se produjo el 18 de septiembre, tras el corte indefinido de la Avenida de la Constitución. Y es que temen que con el mal tiempo, los turistas decidan no visitar Castro ante las dificultades y la falta de alternativas para circular por el casco urbano y sobre todo, para aparcar. Saben que las obras lo requieren, pero exigen alternativas.
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