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ABEL VERANO
Viernes, 12 de noviembre 2010, 12:22
Un 'hacker' castreño ha puesto contra las cuerdas nada más y nada menos que a la poderosa empresa tecnológica Microsoft. Con tan solo 20 años, Héctor Martín Cantero, un estudiante de informática nacido en Madrid, ha conseguido en apenas dos horas 'hackear' la Kinect de Microsoft, el dispositivo de videojuegos más inteligente hasta el momento y con el que se puede jugar sin mandos y sin ningún tipo de sensor en el cuerpo.
Aunque todavía le queda un año para ser ingeniero técnico en Informática de Sistemas, este joven ya es un gurú en la materia. Sólo necesitó dos horas para 'reventar' lo más novedoso y revolucionario de Microsoft. Y lo consiguió desde su más que discreto centro de trabajo: una habitación con dos ordenadores y un teclado, ubicada en un ático de Castro Urdiales. Casi nada.
Aunque alguien podría pensar que este descubrimiento supone una ilegalidad, nada más lejos de la realidad. Héctor ha conseguido que la palabra 'hacker' deje de tener connotaciones negativas. Y lo ha logrado porque, como él mismo asegura, «mi mérito reside en dar una nueva utilidad a un aparato que originalmente no la tenía». Además, insiste en que no ha cometido ninguna ilegalidad. «Lo que he conseguido no tiene nada que ver con ningún software de Microsoft. Lo he diseñado desde cero. Que yo sepa no hay una ley que te prohiba hacer cosas con un aparato que has comprado. Simplemente le he dado otra utilidad a algo que no la tenía originalmente».
Un desafío
El pasado miércoles se puso a la venta el producto más inteligente (hasta el momento) en lo que a videojuegos se refiere y, apenas 24 horas después, saltaba la noticia: un joven castreño había desafiado a la máquina y había logrado que Kinect funcione con otras plataformas (con un ordenador) y no sólo con Xbox 360, la consola de Microsoft. Su hazaña de 'piratear' la Kinect le ha servido para ganar un concurso internacional, premiado con 3.000 dólares (2.196 euros).
«Microsoft no tenía ningún interés en que este dispositivo tuviese otras utilidades. Gracias a mi descubrimiento, Kinect podrá emplearse en proyectos de robótica, inteligencia artificial, controladores de PC, para hacer interfaces (conexión entre dos ordenadores o máquinas de cualquier tipo dando una comunicación entre distintos niveles)».
Rodeado de sus dos ordenadores y de cientos de cables, Héctor asegura a este periódico que su descubrimiento servirá para que «se beneficie la comunidad». Que un mayor número de personas pueda aprovecharse de su trabajo. «El software que he creado se publicará para que la gente se lo pueda descargar libremente, sin pagar. Cualquiera podrá ampliarlo, mejorarlo. No me tienen que pagar nada. Lo único que no pueden hacer los usuarios es decir que lo han creado ellos», explica.
Héctor todavía no ha recibido ninguna llamada de alguna empresa informática que quiera contar con sus servicios, pero tampoco es un tema que le preocupe. Para él, lo de la informática es, de momento, una afición. Eso sí, reconoce que cuando tiene en mente algún reto de este tipo dedica muchas horas al asunto. «Hay semanas que estás las 24 horas dedicándote a esto de la informática, pero también tengo otras aficiones como tocar el piano, ver la tele... Incluso, a veces juego a algún videojuego. Pero cuando hay alguna motivación, siempre le dedicas más tiempo».
Otros inventos
Este joven castreño, que estuvo tres años estudiando en Estados Unidos, lleva en la sangre la informática y la electrónica. A los 12 años ya comenzó a realizar sus primeros experimentos. Pero no fue hasta hace tres años cuando consiguió su primer descubrimiento importante: le encontró nuevas utilidades al mando de la Wii, una consola de Nintendo. «Aunque me costó, pude conseguir utilizar todas la aplicaciones del mando de este videoconsola a través del ordenador». Pero no quedan ahí sus logros. También ha conseguido conectar un teclado eléctrico a un robot que le limpia la casa, de tal forma que cuando toca el órgano, el sonido sale a través del robot. Héctor también presume de haber creado un emisor láser doméstico que proyecta curiosas imágenes sobre la pared de su casa y que se mueven al son de la música.
Este castreño no se considera ni héroe ni villano. «Sería algo intermedio». «Los 'hackers' vivimos en un mundo de mucho talento, underground. Es algo no oficial pero tampoco ilegal». No apoya la piratería. Sólo pretende que su trabajo favorezca a otros. Es el lado amable de la informática. El del progreso, las nuevas aplicaciones, la innovación. Cree que no está haciendo mal a nadie. Ha desarrollado otro uso que parece no interesar a las empresas.
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