Los hosteleros de Castro proponen un diseño de terrazas cerradas en Amestoy

Dinamizar y ordenar la zona, dotar al entorno de un estilo moderno, elegante y de calidad y, sobre todo, impulsar una hostelería -la de la Avenida de la Constitución- que ha perdido clientes en los últimos años. Estos son los objetivos que persiguen los propietarios de los bares y cafeterías anexos a la obra del parking de Amestoy y para cuyo cumplimiento han presentado al Ayuntamiento un proyecto en el que proponen la instalación de terrazas acristaladas ahora que la acera duplicará sus dimensiones con el fin de los trabajos. Se trata de una idea adelantada en su día por este periódico que ha tenido acceso ahora al diseño.

Cada establecimiento contaría con su propia terraza cerrada (habría un total de diez) que se instalaría a 4,50 metros de la fachada de los edificios (pegadas al parque), de modo que quedaría un espacio lo suficientemente amplio para el paso de los peatones, más, si cabe, teniendo en cuenta que con este nuevo proyecto desaparecen las antiguas hileras de sillas pegadas al negocio que, en ocasiones, obstaculizaban la calle.

Medidas limitadas

Ahora, cada hostelero tendrá su propia terraza cerrada y perfectamente acotada -sin posibilidad de extenderla más de lo que ocupa el cerramiento-. La largura es el único aspecto que podría cambiar de unos establecimientos a otros ya que iría acorde a las dimensiones del propio negocio, aunque en ningún caso superaría los 12 metros. Por lo demás, los hosteleros de la zona han tenido en cuenta las características de la Avenida de la Constitución a la hora de proponer las terrazas, que serán todas iguales.

Y es que se trata de una zona emblemática de la ciudad, rodeada de edificios antiguos y protegidos, con vistas al mar y a los monumentos históricos, y muy apreciada por los castreños. De ahí que se haya cuidado el diseño. Ninguna terraza superaría los 1,95 metros de altura, tendrían una anchura de 4,50 metros y no podrían incluir mesas y sillas con publicidad. Los cerramientos laterales se compondrían de pavimentos acristalados y coberturas desplegables mediante parasoles fijados al suelo. Los colores elegidos hasta el momento, «por la buena acogida que han tenido en otros municipios». son el gris oscuro para la estructura y el granate para la lona.

De momento, y a la espera de que se estudie el proyecto y se lleve a una comisión de Turismo y Comercio, la balanza podría estar un tanto inclinada hacia el sí. Y es que los establecimientos de la zona llevan tres años sufriendo las consecuencias de las obras del parking de Amestoy -que ha reducido considerablemente su margen de negocio-, lo que podría ayudarles a la hora de encontrar apoyos.

Recuperar el entorno

No sólo recuperarían el entorno privilegiado en el que estaban instalados, sino que podrían aprovechar sus terrazas en invierno también ya que estos diseños cuentan con calefactores y con la posibilidad de subir y bajar la estructura en función de la temperatura. Una ventaja que ha animado sobremanera a los hosteleros a proponer esta idea que les supondría una media de 30.000 euros a cada uno.