Desalojan una casa de Castro tras caer la fachada del edificio colindante

Ningún vecino de la zona se sorprendió ayer al enterarse de que parte de la fachada interior del número 20 de la calle San Juan de Castro Urdiales se había venido abajo. Muchos llegaron a decir que «se veía venir y tarde o temprano iba a ocurrir».

Pese a que todo hace indicar que el suceso se produjo durante la noche, fue hacia las 10.30 horas cuando miembros de la Policía Local y de los Bomberos recibían el aviso de que parte de la estructura de este inmueble, que permanecía abandonado y en malas condiciones, se había desprendido. El hecho de que se ubique en una zona habitada y en una calle del casco antiguo de la ciudad bastante transitada, hizo saltar todas las alarmas aunque afortunadamente no hubo que lamentar ningún daño personal.

El trago más amargo de la jornada de ayer se lo llevó la única familia (un matrimonio y su hijo adolescente) que reside habitualmente en el edificio anexo, que tuvo que ser desalojado ante las consecuencias que podía entrañar el derrumbe. Pese a contar con fachadas diferentes, ambos inmuebles comparten el portal de acceso y lo que es más importante, la estructura maestra. Como consecuencia de ello, este matrimonio y su hijo deberán permanecer fuera de su casa mientras los técnicos municipales así lo decidan.

Zona acordonada

Los servicios técnicos municipales se trasladaron ayer a la zona, que permanece acordonada, para estudiar la situación, comprobar la magnitud de los daños y ver cual es el estado de la estructura del edificio. En los próximos días realizarán nuevas inspecciones con el fin de redactar un informe sobre el futuro de estos edificios de la calle San Juan.

En el Ayuntamiento de Castro Urdiales ya existe un expediente que declara la ruina para la parte que ayer se derrumbó del número 20 de la calle San Juan. Lo que deberán valorar los técnicos a partir de ahora es cómo afecta lo ocurrido ayer a las dos viviendas contiguas, donde sólo reside habitualmente una familia castreña que ayer se vio obligada a abandonar su casa y trasladarse a la casa de unos familiares. La única manera de salvar su edificio pasa porque los técnicos municipales vean la posibilidad de derrumbar la parte abandonada sin dañar la que está habitada.

Otro edificio en ruinas

La última vez que el Ayuntamiento de Castro Urdiales ordenó la demolición de un edificio tras ser declarado en ruinas fue en febrero de 2008. En ese caso, las tres familias que habitaban el número 10 de la calle Santander se mostraban contrarias al derribo y defendían el buen estado de sus casas. En varias ocasiones se intentó que estos vecinos desalojaran de forma voluntaria pero la respuesta siempre era la resistencia. Tenían muy claro que nadie les movería de allí si no les ofrecían a cambio otra vivienda. Finalmente y tras semanas de tensiones, hubo acuerdo. Los vecinos dejaron sus casas y el inmueble fue demolido en agosto de 2008. Actualmente, la zona se ha convertido en un solar cerrado a cal y canto.