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CONSUELO DE LA PEÑA
Domingo, 5 de diciembre 2010, 10:33
Un vertido incontrolado de purines en el río Carranza, a su paso por Vizcaya, mantuvo paralizado durante 12 horas el Plan Asón y dejó sin agua a cerca de 25.000 vecinos de la zona oriental de Cantabria. El servicio de abastecimiento quedó totalmente restablecido a las tres de la tarde de ayer, una vez que las condiciones sanitarias quedaron garantizadas.
Los cortes de agua afectaron a las localidades de Colindres, parte de Laredo, algunos pueblos de Bárcena de Cicero, Udalla, Seña, Liendo, Treto, Gama, Limpias y parte de Ampuero, según confirmó a este periódico un portavoz de la estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) del Plan Asón, situada en Ampuero. Ramales y Rasines no se vieron afectadas, a pesar de encontrarse en la misma zona, porque se nutren de sus propios manantiales.
El vertido de carácter ganadero fue calificado de «salvaje» por la directora general de Obras Hidráulicas y Ciclo Integral del Agua, Ana Isabel Ramos.
El origen del vertido que ha contaminado durante varias horas el río Carranza, afluente del Asón, se encuentra en la provincia de Vizcaya, si bien todavía no se ha determinado el punto exacto. La Dirección General de Medio Ambiente de Cantabria informó de la situación a la Agencia Vasca del Agua, organismo que lleva a cabo la política de agua en Euskadi, y al Seprona para que, junto a la policía autónoma de la comunidad vecina, puedan localizar al infractor o infractores de la contaminación.
El portavoz de la ETAP del Plan Asón señaló que no es la primera vez que se producen vertidos de este tipo en el río Carranza, según informa Irene Abajo, lo que se traduce en varias denuncias ante la citada agencia vasca.
Quebradero de cabeza
La propia directora general de Obras Hidráulicas, Ana Isabel Ramos, confirmó a este periódico que los vertidos de purines en el río Carranza son «bastante habituales», aunque nunca con la intensidad registrada en esta ocasión. Precisamente uno de los principales quebraderos de cabeza a los que se enfrenta la Agencia Vasca del Agua son los episodios de contaminación que se producen en algunos manantiales del valle de Carranza, una zona con grandes estabulaciones, derivados de los vertidos de purines por parte de los ganaderos. Tal es el alcance del problema que la Administración vasca está ejecutando desde hace unos meses la construcción de una planta para tratar estos residuos, que permitirá convertir en energía y fertilizantes los desechos vacunos de la comarca.
Pero mientras tanto, lo cierto es que la zona oriental de Cantabria sufre también los problemas de contaminación del río Carranza por residuos ganaderos, que suponen un verdadero problema para los técnicos de la ETAP del Plan Asón, en Ampuero, que están en permanente vigilancia. En este último y más grave episodio, fue a las once de la noche del viernes cuando detectaron niveles de contaminación por amonio en el río Asón, por encima del umbral de activación de alerta, lo que obligó a cerrar la captación por garantía sanitaria.
Tanto los ayuntamientos afectados, como el teléfono de emergencia 112, fueron informados de la circunstancia, hasta que a las 15 horas de ayer, sábado, se reanudó el servicio una vez comprobado que la contaminación del río Carranza había desaparecido.
Quejas en los hoteles
Los peor parados por la incidencia han sido los hoteleros. En Laredo, según informa Rafael Sánchez, el corte del suministro de agua se produjo a lo largo de la noche del viernes. En ese momento, la estación de bombeo de Colindres el de Arriba dejó de enviar agua y, poco a poco, los grifos se fueron quedando secos. Salvo la parte del centro de Laredo, que se abastece del depósito instalado en el barrio de la Arenosa, en la parte alta, el resto, se vio afectado. Los primeros perjudicados fueron los inquilinos de los pisos superiores de los edificios de mayor altura. En las plantas bajas, debido a la presión, dispusieron de agua durante unas pocas horas, pero en pequeña cantidad. La hostelería fue la más perjudicada. Los establecimientos situados en el centro tuvieron agua hasta las 12,30 horas, momento en el que se vació el depósito del alto Laredo. El resto tuvo serios problemas y bastantes perjuicios económicos.
Los empresarios de los hoteles capearon el temporal como pudieron. Carlos Ruiz, responsable del hotel Cosmopol, aseguró que los clientes se tomaron el corte del agua «con mucha comprensión». Lo peor fue que la ocupación fue más baja de lo previsto en un principio, a pesar de haber ofertado precios especiales. Ayer ofrecieron un banquete de 90 personas sin problema alguno. «Como tenemos mucha vajilla y toda estaba limpia lo hemos podido servir sin problemas». Carmelo Morales, director del hotel El Ancla de la villa pejina, tuvo que cerrar el restaurante. «Hemos perdido cinco mesas porque hemos estado sin agua desde primeras horas de la mañana hasta las 16.30 horas». El hotel dispone de un aljibe pero como «hacía mucho tiempo que no se usaba los motores no funcionaron», explicó.
Los que hicieron el agosto fueron los supermercados, que vieron cómo de las estanterías desaparecía todo el agua embotellada.
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