La Junta de Sámano, con 8 empleados, está en una situación económica crítica

Hace apenas un mes, el presidente de la Hermandad de Juntas Vecinales de Castro, Álvaro Hierro, dio la voz de alarma cuando anunció que la falta de ingresos podía llevar a las pedanías a colgar el cartel de 'cerrado'. Denunciaba que el Ayuntamiento no les había ingresado las subvenciones de gasto corriente ni la del programa Internet Rural correspondientes a 2010.

Pues bien, apenas unos días después, la Junta Vecinal de Sámano, con casi 2.600 habitantes, se puede decir que está al borde de la quiebra, en la UCI. Según ha podido saber este periódico, a día de hoy esta pedanía tiene una deuda que ronda los 300.000 euros.

Fuentes de la propia Junta Vecinal aseguran que los trabajadores de la pedanía llevan sin cobrar las nóminas desde septiembre. Este aspecto, grave de por sí, cobra relevancia si se tiene en cuenta que la pedanía tiene en nómina a ocho operarios, una cifra considerablemente elevada al tratarse de una Junta Vecinal y que muchos de los ayuntamientos pequeños no alcanzan.

Los proveedores y acreedores tampoco cobran desde el verano y el polideportivo no ha recibido la subvención que le corresponde para su mantenimiento.

Las previsiones indican que tendrán que esperar a marzo para que llegue algún ingreso procedente de lo que se cobre por la tala de los montes o de vender algún bien. Otra posibilidad que barajan desde la pedanía es que el Ayuntamiento de Castro cubra las deudas o permita a la Junta endeudarse con el banco, gestionando el crédito con un aval del propio Consistorio.

«Desde el principio de la legislatura, se ha pedido al Ayuntamiento de Castro un giro radical en la distribución económica de los ingresos, en atención al número de habitantes que acogen o mediante el incremento en inversión dirigidas a infraestructuras, bienes y servicios en igual proporción. Pero todo esto no se ha llevado a cabo», asegura un empleado de la Junta Vecinal.

Desigualdad

Este trabajador cree que otras pedanías, como Oriñón e Islares, se ven muy favorecidas. Como ejemplo pone la ejecución de una plaza en Islares, que ha costado 600.000 euros con aplicación de los fondos del Plan E. «Mientras, la pedanía de Sámano ha tenido que arreglar las farolas, reparar y limpiar las calles, y hasta comprar contenedores de basura en algunas zonas».

Desde la Junta Vecinal de Sámano recuerdan que esta pedanía, la mayor de Castro, cuenta con una guardería, un polideportivo, un ciber... Instalaciones que dan servicio a todos los castreños. Estas infraestructuras son atendidas por ocho trabajadores (un secretario, dos peones, tres personas encargadas de la guardería, otra del ciber y una persona responsable de la limpieza,) más el trabajo del alcalde pedáneo, Javier Eguren (PSOE), su mujer y un vocal. «La subvención municipal no alcanza para pagar las nóminas de estos trabajadores y si, además, el Ayuntamiento de Castro nos cobra el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) de los montes, terrenos y hasta del polideportivo... A veces, hasta debemos dinero».

Otro de los caballos de batalla de esta pedanía tiene que ver con la tala de madera. La Junta Vecinal sólo recibe el 10% en concepto de ingresos. Un 15% se lo queda el Gobierno de Cantabria, dirigido al fondo de mejoras de los montes, y el 75% restante es para algunos de los vecinos, por antiguos convenios firmados en su mayor parte por sus padres o abuelos y la propia pedanía.

Polideportivo

La empresa que gestionaba el polideportivo de Sámano (Dinamik) ha decidido rescindir su contrato antes de tiempo. Y es que, lleva dos trimestres sin percibir la parte correspondiente a los 120.000 euros anuales -más los beneficios de la explotación- que se acordaron durante el proceso de adjudicación del servicio. Harta de acumular pérdidas motivadas por esta situación, Dinamik abandonó su gestión el 1 de diciembre, dos meses antes de que expire el contrato, vigente hasta el 31 de enero de 2011.

El pedáneo dice que el polideportivo no cerrará sus puertas, ya que una nueva empresa se hará cargo de su mantenimiento.