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MATEO BALÍN
Domingo, 19 de diciembre 2010, 01:15
Un viaje, una exhibición y el premio de un acuerdo superior a los 3.000 millones de euros. Con esta aparente simpleza se coció el que podría ser el mayor contrato de la industria militar española. Ocurrió en una feria del sector en Qatar, a principios de año, donde se gestó la venta de 200 carros de combate a la realeza saudí. Una negociación que ha movilizado como pocas veces al presidente del Gobierno, al Ministerio de Defensa y hasta al Rey Juan Carlos en persona. «La venta del Leopard 2E, el 'cazador nocturno' del Ejército de Tierra, ya se ha convertido en un asunto de Estado por el impulso que le daría a los programas militares, un sector que factura 3.600 millones y exporta el 40% de su producción.
El tanque cautivó a los saudíes en una de esas ferias de seguridad donde se exhiben las últimas novedades de material de defensa. Grandes corporaciones militares compiten por jugosos contratos en un difícil contexto de contención del gasto público. De ahí que los comerciales se expriman la cabeza y tiren de calculadora para atraer a los clientes más variopintos: desde Estados hasta organismos internacionales, pasando por empresas privadas de seguridad o particulares.
En el caso de Santa Bárbara Sistemas, filial española de la multinacional estadounidense General Dynamics y fabricante del Leopard 2E, la operación tuvo lugar de la forma más efectiva: mostrando el producto en su máxima expresión. Como si de probar un Ferrari en un circuito de velocidad se tratara, la delegación saudí se quedó prendada con las capacidades «de uno de los sistemas de combate más poderoso del mundo», como garantizan sus directivos, al verlo en acción en los arenales qataríes.
«Tiene el mejor blindaje del mercado, armas precisas, equipo de visión nocturna, fijación de blancos móviles, conducción bajo el agua, sube desniveles de un metro gracias a sus 1.500 caballos de potencia y su consumo es moderado con respecto a sus competidores: el Abrams estadounidense o el Markava israelí», presenta un empleado de Santa Barbára que trabaja en la fábrica de Trubia (Asturias), una de las sedes que tiene General Dynamics en España.
La realeza saudí busca un carro de combate que se adapte a las condiciones climatológicas y terrestres del país; que fortalezca la seguridad de sus fronteras con Yemen y Omán en el sur y con Irak en el norte; que controle la porosidad del desierto de Rub al Jali, zona de paso del extremismo radical yemení; y, como es lógico, que rearme al Ejército frente la escalada militar iraní.
Híbrido hispano-alemán
A partir de la feria de Qatar arrancó una negociación que trascendió a los medios de comunicación en octubre y que todavía sigue encima de la mesa. Las conversaciones son al máximo nivel, dado el millonario contrato que está en juego: los de 3.000 millones de euros de la operación suponen el 40% del presupuesto del Ministerio de Defensa para 2011. La implicación directa del Rey Juan Carlos, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero o la ministra Carme Chacón explican la importancia del acuerdo y el impulso que podría darle a la industria militar nacional: genera 19.500 empleos directos y 58.000 indirectos, y factura 3.600 millones. España es el octavo país exportador de armamento pesado, un sector que se ha fortalecido en los últimos años, en los que Estados Unidos ha sido el principal cliente con 36 aviones de vigilancia marítima.
El proyecto del Leopard 2E es un híbrido hispano-alemán que nace del acuerdo firmado en 1995 por los ministerios de Defensa de ambos países. En 1998, el Gobierno español aprobó la adquisición de 219 carros de combate y Santa Bárbara Sistemas se adjudicó la fabricación del modelo 2E (derivado del alemán 2A6) por más de 1.940 millones. Este tanque se monta íntegramente en nuestro país y cuenta con apoyo tecnológico germano.
En los 10.000 metros cuadrados de la fábrica de Las Canteras (Sevilla) se ocupan del montaje y de las pruebas finales, en Trubia (Asturias) se ensambla el chasis y el cañón, en Oviedo se encargan del sistema de armas y en La Coruña se fabrican 451 pequeñas piezas del carro, además de mezclar la pintura y realizar pruebas al chasis y a la torre del tanque.
Buena parte de los 1.800 trabajadores de Santa Bárbara se han ocupado en algún momento de este programa, en el que la compañía ha invertido más de 35 millones en instalaciones y formación y se han empleado 2,6 millones de horas de carga de trabajo (mano de obra directa de producción).
«Un pelotazo»
Todo proyecto de estas características requiere de la presencia de subcontratistas que se ocupan de pequeños detalles materiales y tecnológicos. En el caso del Leopard trabajan Izar (motores), Sapa (transmisiones, cadenas y tren de rodaje), Amper (programas informáticos de control de radiocomunicaciones) e Indra y la alemana STN (sistemas de combate).
El pasado mes una delegación saudí visitó las instalaciones de Las Canteras para ver las pruebas finales del carro de combate. De acelerarse los trámites, los primeros 50 tanques podrían entregarse en 2011 procedentes del último lote fabricado por Santa Bárbara Sistemas que no han sido incorporados al Ejército español. Los saudíes siguen maravillados con el 'cazador nocturno', pero todavía no han estampado su firma. «Sería el pelotazo del siglo», retrata una persona presente en las negociaciones.
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