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NACHO CAVIA
Viernes, 14 de enero 2011, 11:43
Veinte familias de Los Corrales de Buelna denunciaron ayer su temor a haber perdido el dinero invertido en la compra de otras tantas viviendas cuyas llaves les tenían que haber sido entregadas en el año 2008 y que todavía no han recibido entre otras razones porque el edificio no sólo no está acabado, sino que hace cerca de un año que tiene paralizadas las obras.
Las familias, que habían realizado una inversión medida de unos 30.000 euros, formalizaron durante el año 2005 la compra de un piso en el Residencial La Pontanilla, muy cerca de la plaza que lleva ese nombre en Los Corrales de Buelna. Sin embargo, hace un año, las obras quedaron paralizadas.
A mediados de 2010, uno de los dos propietarios de la promotora (Construcciones Gedío) les dijo que estaba intentando comprar la parte del otro socio y terminar la obra. Luego, ninguno de los afectados ha vuelto a saber más.
Las familias no saben qué pensar. El edificio, de 44 viviendas, plazas de garaje y locales comerciales, está terminado en más de un 80%. Incluso se han ejecutado ya las mejoras que cada comprador solicitó. Y por si fuera poco, tampoco hay problemas de dinero, porque la sociedad promotora -con la que este periódico ha intentado contactar sin haber obtenido ninguna respuesta- tiene aún línea suficiente de crédito para acometer el remate. Muchas dudas y sólo una cosa clara; «nos sentimos estafados».
Y preocupados, porque no es este el único problema que les ha surgido. Hay más, derivados de los avales que les aseguraron que tenían (y con los que podrían reclamar la devolución del dinero) y que al parecer no tienen.
Los afectados aseguran que cuando han querido hacer valer los avales se han enterado de que no estaban en regla: «La entidad bancaria no nos informó de que los avales no se habían individualizado y que en caso de que las cosas fueran mal no podríamos cobrar».
Al final, ninguna explicación convincente. Lo que todos tienen claro es que irán hasta el final para acabar con el «desprecio sufrido». Y lo harán «por dignidad», más que por un dinero que dan por perdido. Ya lo han intentando judicialmente. E incluso han llamado a la puerta del Defensor del Pueblo, que ya tiene conocimiento del tema y espera actuar en cuanto tenga una resolución judicial.
Cinco años de dudas
Las dudas comenzaron en 2006, cuando los promotores, burgaleses, adquirieron la sociedad original que puso en marcha el proyecto de construcción. Según las familias, «por un precio muy superior al valor de la obra», algo que se podría achacar a que eran mejores tiempos para la construcción. Hasta ese momento se habían comprado 20 de las 44 viviendas. La nueva promotora incrementa los precios de venta y poco más se vende.
En septiembre de 2009 tres familias exigieron la resolución del contrato por «incumplimiento», llevaron el asunto a la Justicia y ganaron, pero la promotora recurrió y hoy se encuentran en la situación de que no se les ha devuelto el dinero y además se están teniendo que hacer cargo de los honorarios de sus abogados.
La obra se paró en febrero de 2010. En junio, uno de los socios se reunió con los compradores y les dijo que quería asumir en solitario la obra y rematar el edificio, asegurando que la entidad bancaria veía «con buenos ojos» esta operación. La entidad contestó que no sabía nada, si bien parece que está buscando a una empresa que se haga cargo de la sociedad y acabe la obra, y, por si esta opción fallase, está iniciando el procedimiento para embargarla y cobrarse la deuda.
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