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NIEVES BOLADO
Lunes, 17 de enero 2011, 09:56
La viabilidad económica del puerto de Requejada no existe. Este dictamen cae como un jarro de agua fría sobre los planes de la empresa Julio Cabrero y Cía., propietaria del puerto, que aspiraba a reabrir la instalación, cerrada desde 2008. Pero la reapertura sería tan costosa que, ahora mismo, se la da por imposible.
Es la conclusión del informe elaborado por una empresa externa para el organismo Puertos de Cantabria, dependiente de la Consejería de Obras Públicas, Vivienda, Ordenación del Territorio y Urbanismo. Este documento dice que, en el mejor de los escenarios posibles, el acondicionamiento de la bocana y de la ría San Martín de la Arena (Suances y Requejada) le costaría al erario público más de cinco millones de euros.
En teoría, el estudio cierra las puertas a la reapertura del puerto, que no operaba desde hace dos años, por considerar la Capitanía Marítima de Cantabria (dependiente del Ministerio de Fomento) que no reúne la ría las condiciones exigibles para la navegación de buques de cierto calado.
Acometer las obras necesarias para solventar este importante obstáculo supondría un esfuerzo económico, tanto de la Administración regional como del propio operador, que no estaría en consonancia con el movimiento naviero y de mercancías que, según los parámetros de los diez últimos años, se han producido en este puerto, hasta 1981 propiedad de AZSA y desde entonces de la firma Cabrero y Cía..
Sentencia de cierre
De no mediar un radical cambio de opinión, las conclusiones que la consultora le ha trasladado al Gobierno regional vienen a expresar que el puerto de Requejada tiene firmada su sentencia de cierre.
Hacer frente a todas las obras de mejora que precisa la Ría de San Martín de la Arena, supone una inversión de 49.608.587 euros, IVA incluido. Con esta cantidad de partida se han planteado tres hipótesis para afrontar el desembolso y que siempre dan negativo, tanto para los intereses del operador -la firma Cabrero- como para la Administración regional. De este presupuesto, 37.779.708 euros corresponderían a trabajos de accesibilidad de la ría y 4.986.315 euros a obras de dragado de la canal de navegación. El resto son impuestos.
Según el proyecto, los requisitos necesarios para afrontar una solución que permita la navegabilidad de la ría, hasta alcanzar el puerto de Requejada, pasarían por dividir el recorrido en siete tramos. Incluiría tramos en los que habría que construir diques en talud y otros de diques verticales.
Todas las hipótesis, negativas
Se exponen en este estudio de viabilidad económica tres escenarios posibles. El primero, que toda la inversión, los 42,7 millones, los hiciera en solitario el operador. La segunda, que la inversión la hiciera en solitario la Administración, y la tercera, que se repartiera en dos partes, una de 23.876.169 euros, que aportaría la empresa Cabrero, y otra Puertos de Cantabria de 18.899.854 euros (en estas cantidades no está incluido el IVA). El análisis financiero se realiza exigiéndosele una rentabilidad al operador del 6% y obteniendo la Administración una rentabilidad nula.
En el primer caso, aportando todo el dinero la empresa Cabrero, la recuperación de la inversión no se conseguiría hasta transcurridos 30 años, por lo que no obtendría la rentabilidad exigida. Pero es que, además, el estudio señala que para conseguir ese objetivo sería necesario conseguir tráficos de buques de hasta 24 veces por encima de los logrados en los últimos años.
El segundo escenario que contempla el estudio, que la administración regional asuma en solitario la totalidad de la inversión, sería una solución técnicamente viable para el operador, con una rentabilidad muy alta, siempre que elevara el tráfico de barcos un 27% de lo conseguido en los últimos diez años (algo que, por otra parte, se considera imposible), pero el Gobierno no podría nunca recuperar el dinero invertido. Con este sistema de financiación se concluye que no se justificaría la inversión ni para el operador ni para la Administración.
La tercera hipótesis, que se planteara una inversión mixta, sería una solución viable técnicamente para el operador, siempre que incrementara el tráfico un 16% el primer año, respecto al tráfico medio de los últimos diez años, pero la Administración perdería los fondos que destinara al proyecto.En el mejor de los escenarios posibles, si el tráfico naviero alcanzara sus cotas más altas, que el operador hiciera una inversión de 18,3 millones de euros y que obtuviera una rentabilidad del 6%, el Gobierno de Cantabria tendría que hacerse cargo de 5.332.538 euros irrecuperables.
La ría en la que se ubica la instalación portuaria tiene su origen en el puente de La Barquera (Torrelavega), hasta los muelles de Hinojedo, donde actúa como una ría. Entre Hinojedo y la bocana (Suances) actúa como un estuario o brazo de mar, por lo que el puerto de Requejada, situado en el tramo intermedio, está influenciado por las mareas lo que también, a juicio del citado informe, condiciona notablemente su operatividad.
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