
Secciones
Servicios
Destacamos
J. I. ARMINIO
Lunes, 17 de enero 2011, 08:45
La Consejería de Ganadería quiere iniciar antes de que concluya este mes el desalojo de dos terceras partes de los más de 300 perros que cuida la protectora de animales de Torrelavega, Capab, en una finca del pueblo de Torres, después de haber detectado irregularidades el pasado verano. Las responsables de la perrera, Regina Macho y Carmen Orio, denuncian que están siendo perseguidas y que sólo permitirán el acceso al recinto «con una orden judicial».
La Asociación para la Protección y Adopción Canina (Aspacan), con sede de Laredo, será la encargada de gestionar el futuro de los perros que ahora cuida Capab, entidad retirada del registro de protectoras de animales por la Consejería, tras detectar los técnicos graves irregularidades en materia de sanidad y bienestar animal: la mayor parte de los habitáculos en los que se ubican los animales no permiten las adecuadas operaciones de limpieza y desinfección, protección frente a las inclemencias meteorológicas y aplicación de un programa de prevención de enfermedades.
La decisión está tomada y parece que sólo es cuestión de tiempo que Aspacan se haga cargo del centro. El colectivo laredano cuenta con el respaldo de la Consejería y el de un grupo de voluntarios de Capab, críticos con la actual dirección, así como el de otras asociaciones animalistas (Huellas Cantabria, Haba Holanda, Acción Animalista, Asociación Provida Animal...).
Presentación de recursos
Los trámites están en marcha pero se están alargando por la oposición frontal de Capab, que se defiende presentando todo tipo de recursos. A la espera de poder desalojar a Regina Macho y Carmen Orio de la finca, propiedad de Fomento, Ganadería quiere ir incautando progresivamente los perros, para atenderlos en una de sus fincas y después entregarlos en adopción. La intención es que el centro de Torres se quede con poco más de un centenar de canes, número para el que, según la Consejería, sí están preparadas sus instalaciones.
La dos vecinas de Cabezón de la Sal dicen que vienen haciendo su labor, de forma desinteresada, desde hace 17 años y que ahora las «persiguen» porque «alguien en Ganadería nos ha hecho la cruz. Primero nos quitaron el apoyo económico y después quisieron convertir la perrera en un campo de exterminio, dejando sólo 100 perros. Como no hemos entrado al trapo, se han unido a otras protectoras que sí buscan dinero y no dudan en sacrificar a los animales», aseguran.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Importante aviso de la AEMPS a los diabéticos
Las Provincias
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.