Borrar
CANTABRIA

Tras el crimen se fueron al karaoke

M. Á.

Martes, 18 de enero 2011, 01:11

Mientras Valentín F. agonizaba en el portal de su casa de Mataporquera, Erika, Jorge y Ángel Manuel (aseguran que pensaban que no había muerto), emprendieron el regreso a León. Por lo que dijeron ayer, el trayecto se hizo en silencio, con «Jorge nervioso y Erika no», dijo Ángel Manuel, el conductor. Pararon en un bar porque Jorge es epiléptico «y necesitaba tomar una coca-cola». Dice que aprovechó que Erika iba al baño para contarle a Ángel Manuel lo que había ocurrido, ya que aseguraron que éste todavía ignoraba los hechos. Según Jorge, Erika los oyó cuando salió del baño y fue en ese momento cuando los amenazó de muerte, les dijo que estuviesen «tranquilos, porque no murió» y trazó una coartada -ella lo niega- por si el propio Valentín los acusaba: los tres se irían a casa de Jorge y, si venía la Policía, tenían que decir que habían visto juntos la película 'A todo gas 3' y jugado a la videoconsola.

Pues bien, los tres llegan a la casa «y ella se fue al baño a lavarse las manos, que tenía llenas de sangre», según Jorge, y «Jorge se duchó y se cambió de ropa», según Erika.

Luego, Ángel Manuel llevó a Erika al karaoke Haddock de León, donde ella trabaja. Algo más tarde llegó Jorge a este mismo karaoke. «¿Es que quedaban ganas de divertirse?», preguntó el fiscal en el juicio, «es que yo llevaba un mes preparando un concurso de karaokes y había que grabar el vídeo esa noche», justificó Jorge.

Sobre las tres de la madrugada, Ángel Manuel fue detenido cuando aparcaba el coche en una plaza. Jorge y Erika, en el Haddock. Desde entonces están en prisión y, se da la circunstancia, de que Erika y Ángel Manuel comparten centro penitenciario, y que por eso él la tiene tanto miedo: «está en el módulo de enfrente», y, más que por ella, «por sus amistades, gente mala». Con todo, dijo que se siente «utilizado y engañado por Erika».

El «miedo cerval»

El abogado de Erika ironizó sobre el «miedo cerval» de los otros acusados, «tanto miedo le tienen que hicieron un viaje de hora y media hasta León con ella». La que tenía miedo era Erika, dijo ella misma, «por mis hijos y mis padres. Porque él -la víctima- estaba en el mundo de la droga y debía mucho dinero».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Tras el crimen se fueron al karaoke