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Banderas cubanas frente a la delegación de EE UU en la isla. :: REUTERS
La nueva Cuba se deja querer por Estados Unidos
INTERNACIONAL

La nueva Cuba se deja querer por Estados Unidos

La Habana impulsa un tímido acercamiento a Washington aunque mantiene el recelo provocado por un bloqueo de 50 años

MILAGROS L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL

Domingo, 23 de enero 2011, 01:00

Cincuenta años de enemistad y recelos no se borran de un plumazo. Por la Casa Blanca han pasado once presidentes incluyendo a Barack Obama, quien de forma discreta ha flexibilizado las sanciones contra Cuba. Las últimas medidas fueron anunciadas el 14 de enero. El Gobierno de Raúl Castro las consideró «positivas» pero «limitadas». Obama cumplió promesas electorales: para facilitar contactos familiares eliminó restricciones a viajes y envíos de remesas de cubano-americanos y liberalizó normas de telecomunicaciones. Sin renunciar a cambiar el régimen interno, abre la mano a intercambios culturales, educativos, académicos y religiosos, a viajes patrocinados por organizaciones religiosas y el envío de hasta 2.000 dólares al año (1.500 euros) a cubanos que no son familiares y que podrían invertirlo en actividades mercantiles privadas.

Johana Tablada, subdirectora del Departamento de América del Norte del Ministerio de Asuntos Exteriores, estima que pese a que Obama «tiene prerrogativas para ir más allá» y «levantar el bloqueo», no se «modificarán ni las regulaciones contra los activos cubanos, ni la persecución financiera, ni las leyes que impiden a los barcos de otros países venir a Cuba». Tampoco «las campañas de descréditos, la subversión o la financiación para la disidencia en el interior de la isla». Para la cancillería, solo se trata de «restablecer» disposiciones que estuvieron en vigor bajo el mandato del demócrata Bill Clinton y que fueron eliminadas por el republicano George W. Bush en 2003.

Sin embargo, el ministro de Cultura, Abel Prieto, valoró que con el «contacto real» permitirá romper «con estereotipos que sobre Cuba circulan en Estados Unidos» y viceversa. También la oposición aplaudió el acercamiento. Dagoberto Valdés, activista laico católico y director de la revista digital independiente 'Convivencia' sostuvo que «de alguna manera, ayudará a abrir espacios de comunicación y su democratización».

Doble rasero

En otoño de 2009, delegaciones de ambas naciones, acordaron reanudar el servicio de correos suspendido en 1963. Funcionó hasta el pasado mes de diciembre, cuando EE UU suspendió el servicio argumentando amenazas terroristas globales. Iba a reanudarse pero este jueves fue Cuba quien cerró los envíos aéreos. La detención de Alan Gross, un contratista de 60 años, en diciembre de 2009, volvió a tensar la cuerda. Está preso sin juicio por llevar a la isla equipos de comunicación satélite. Para el presidente Castro, la Casa Blanca «no ceja en sus esfuerzos por destruir la revolución y provocar un cambio en nuestro régimen social y económico».

El general Castro, no obstante, ha reiterado su disposición a debatir «cualquier tema», incluida la liberación de disidentes presos. La Habana los considera «mercenarios a sueldo de los EE UU para desestabilizar el régimen». En cualquier caso, Cuba ha impulsado «cambios estructurales» permitiendo más iniciativa privada, reduciendo la burocracia, descentralizando el poder, levantado prohibiciones «absurdas», pero anticipando «trabajo duro» y el pago de impuestos como en el resto del mundo. Todo ello con el fin de salvar al socialismo de «hundirse en el precipicio». Los cubanos esperan también que el próximo congreso del Partido ponga fin a más prohibiciones, como no poder salir del país sin pedir permiso, y apruebe la compraventa de viviendas o amplíe el libre acceso a Internet.

Según Rafael Hernández, director de la prestigiosa revista 'Temas', el problema es que las percepciones sobre sus sistemas políticos se mantienen simétricas. «Cuba es una dictadura totalitaria. EE UU es una superpotencia imperialista». Romper esa inercia implicaría que Washington no insista en que la normalización de las relaciones bilaterales pase por adoptar la economía de mercado, liberar presos políticos, y permitir el multipartidismo. La Habana, por su parte, exige respeto a su soberanía, cero condiciones y la eliminación del doble rasero. EE UU es socio de países comunistas como China y Vietnam, pero castiga a Cuba.

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