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NACHO CAVIA
Lunes, 24 de enero 2011, 01:02
El concurso abierto para adjudicar el servicio de restauración del centro social La Rasilla de Los Corrales de Buelna ha quedado desierto en el segundo intento del Ayuntamiento por culminar ese proceso. Toda una sorpresa, después de que en el primer concurso fueran tres las ofertas presentadas, luchando, recursos incluidos, por hacerse con ese servicio.
En el gobierno municipal están preocupados por la situación que se ha creado en torno a ese servicio de cafetería. En la oposición, achacan la «fuga» de empresas a la «mala prensa» sobre la economía municipal generada por la alcaldesa Mercedes Toribio, a lo largo de la legislatura, que ha «metido el miedo en el cuerpo» a los posibles interesados en hacerse con servicios municipales.
El proceso en La Rasilla comenzó a principios de 2010, al expirar el plazo de la anterior adjudicación del servicio. Se abrió un periodo para presentar propuestas y concurrieron tres ofertas. En el mes de julio la mesa de contratación aprobó la adjudicación de la cafetería a la oferta presentada por Valentina Buturuga, por considerar que su propuesta era la más completa, tanto funcional como económicamente. En segundo lugar quedaba la presentada por las personas que habían regentado el mismo servicio desde 2006. La decisión fue recurrida en alzada por éstos últimos, al considerar que no se había hecho una valoración correcta de su propuesta.
A la vista del recurso, la Corporación decidía aplazar la decisión y abrir un nuevo proceso de adjudicación. Se ratificó el desistimiento del anterior proceso y se abrió un segundo concurso con nuevas cláusulas que modificaban los criterios de adjudicación.
Según Ana Isabel Álvaro, responsable de la tercera oferta en el primer concurso, los nuevos criterios son los responsables de la falta de interés en esta ocasión. «Las condiciones de inversión en mejoras en solo un año son inasumibles», aseguró, al desistir para no convertirse en una «empresa suicida».
El portavoz socialista en el Ayuntamiento, Óscar del Val, puso otros ejemplos similares, como lo sucedido con los servicios de limpieza de edificios públicos o la guardería de las aulas de educación para niños de dos años. En ambos casos, relató, la empresa a la que se adjudicó en primera instancia el servicio ha renunciado. «Antes había interés real por hacerse con servicios municipales, así que algo se está haciendo mal ahora», aseveró.
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