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DIEGO RUIZ
Jueves, 27 de enero 2011, 08:56
El Club Deportivo Sniace de voleibol femenino, embrión del actual Club Voleibol Torrelavega -'Cantabria Infinita'-, creó a finales de los 70 un gran precedente al ser el primer club de Cantabria y de España en disputar un campeonato de Europa en esta especialidad deportiva. Su vida no fue muy extensa, pero en pocos años logró un campeonato de Liga, un subcampeonato y dos Copas -cuando aquello del Generalísimo-, y llegó a disputar dos campeonatos de Europa. Sus jugadoras, todas ellas cántabras y de Torrelavega, fueron objeto recientemente de un caluroso homenaje por parte del Cantabria Infinita y de la afición de la capital del Besaya. De esa forma, el futuro prometedor del conjunto que entrena Marcelo de Stéfano quiso reconocer los méritos de un equipo que abrió el camino del éxito al voleibol torrelaveguense y cántabro.
El mítico CD Sniace surgió en el Instituto Marqués de Santillana, que en los años 70 tenía ya un equipo militando en segunda división. Allí, su profesora de gimnasia, Emilia Fuentevilla, jugó un importante papel al ser la gran valedora de este deporte. Una persona infatigable que tuvo por bandera el voleibol femenino. Por entonces, en Cantabria había una gran afición al voley, con equipos masculinos como el Pereda o el Textil Santanderina que llegarían a jugar en la máxima categoría del voleibol en España. Fue en 1974, como recuerda el exentrenador Alejandro del Río, cuando el grupo del instituto decidió dar un paso adelante y «pasar a la tutela de un club deportivo más firme y más sólido, como era el caso del Club Deportivo Sniace que, por entonces, tenía equipos de fútbol, hockey sobre patines y baloncesto, disputando competiciones nacionales».
Los primeros contactos se realizaron con Antonio Egusquiza, presidente de todas las secciones deportivas de la empresa química. «El nos acogió en su órbita -recuerda Del Río-, acondicionó el pabellón deportivo para la práctica del voley y coordinó, incluso, el uso del mismo para no coincidir con el resto de los equipos y los entrenamientos de unos y otros».
El Club Deportivo Sniace de Voleibol femenino se creó en 1974 y en 1975 ascendió a Primera División, en una fase disputada en Valencia. Esa temporada, la primera en la máxima categoría, fue para Alejandro del Río muy importante, ilusionante. En ella, para él, se consiguió el suceso más importante de la carrera del club, como fue la disputa de la final de la Copa del Generalísimo, tras eliminar a dos equipos de mucha tradición en Primera y llegar a Huesca, recién subido de Segunda, para enfrentarse al Medina de Madrid, plagado de jugadoras de la selección española y que entrenaba por entonces el propio seleccionador nacional. A partir de ahí, vendrían los triunfos históricos del equipo torrelaveguense.
En 1979, el Sniace ganó la Liga y la Copa, y disputó el primer campeonato de Europa de un equipo cántabro femenino, sentando un precedente también en España en esta y otras modalidades deportivas.
La experiencia europea
Alejandro del Río recuerda aquella experiencia europea como «muy emocionante. El primer partido fue contra el Leixoes, en Torrelavega, y se ganó. Éramos novatos en todo y todo era desconocido para nosotros. El partido de vuelta, en Portugal, lo perdimos, pero por los tantos a favor pasamos la eliminatoria. Luego, el sorteo nos llevó a Grecia para jugar contra el Palatinaikos. Recuerdo que jugamos bajo la tribuna del mítico campo de fútbol de Atenas. Ganamos los dos partidos y volvimos a pasar de ronda. El tercero fue un equipo turco cargado de jugadoras búlgaras que nos ganó en Torrelavega y en su cancha. Como anécdota, podemos contar que en las gradas del pabellón donde jugamos sólo había hombres. Nos vino muy grande ese equipo, pero que nos quitasen los bailado hasta entonces».
Al año siguiente, el CD Sniace quedó subcampeón de Liga y ganó la Copa en Bilbao. «Esa temporada -recuerda Del Río- nos metimos en la Recopa. El primer cruce fue con un equipo holandés altísimo y, encima, ya no teníamos a Teresa Hernando, nuestra jugadora más internacional, que ese año había contraído matrimonio y quería formar una familia».
El equipo duró unos pocos años más bajo las siglas de Sniace. La empresa recortó en los años 80 las actividades deportivas y sociales. Los dirigentes buscaron entonces nuevos patrocinadores, entre ellos López Pablo. Desapareció por entonces también el pabellón de Sniace y se pasó al Vicente Trueba. Después, se fundó el Club Voleibol Torrelavega (1988), bajo la entusiasta batuta de Joaquín Díaz.
El equipo
El CD Sniace del doblete y la experiencia europea estuvo compuesto por un grupo de chicas de Torrelavega, la mayoría de ellas estudiantes de Magisterio, que también dieron a la Universidad de Cantabria importantes éxitos en los campeonatos de España. Dos de esas jugadoras, Teresa Hernando y Cristina Sánchez, se vistieron con los colores de la selección absoluta en numerosas ocasiones. La plantilla, entrenada por Pepe Santos Díaz y Alejandro del Río, y presidida por Antonio Egusquiza, estaba compuesta por María José Hernando, Belén Rodríguez, Blanca Campo, Carmen Villalabeitia, Teresa Hernando, Cristina Sánchez, Mar Ruiz, Ángela Gutiérrez, Pilar Cagigas, Mar Ruiz, Lola Pereda y Carmen Rodríguez.
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