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Después de convertirse en solista con diversas orquestas internacionales, ser director simboliza un paso más en su carrera. :: DM
«La dirección de orquesta me da una increíble sensación de libertad»
MÚSICA

«La dirección de orquesta me da una increíble sensación de libertad»

Tras una fructífera carrera como intérprete, debuta la semana que viene como director titular de la Orquesta de Cadaqués en Madrid Jaime Martín Flautista

GEMA MARTÍNEZ

Miércoles, 2 de febrero 2011, 01:16

Ni por tradición familiar ni por una querencia previa al ámbito musical. Nada hacía presagiar que Jaime Martín (Santander, 1965) terminaría convirtiéndose en director de orquesta. Sin embargo, un concierto de la orquesta de RTVE en la Plaza de la Porticada de la capital de la región, le hizo darse cuenta de que tenía que caminar por la senda de la música. Una senda que, paso a paso, le ha llevado hasta el oficio de director de orquesta. Un camino que comenzó de la mano su maestro, Neville Marriner, en el Auditorio de la capital de la región hace dos años y que, por ahora, parece que tendrá bastante recorrido.

- Dejó Cantabria para estudiar, ¿cree que un músico está en continua formación?

-Por supuesto. Los mejores músicos que conozco se sorprenden de que la gente considere que tienen un nivel fantástico. Siempre, en todos los músicos hay una duda que nos hace seguir e intentar mejorar.

-Después de tantos años en activo, ¿tiene usted esas dudas?

-Creo que sí. Muchas veces después de un concierto, la gente te felicita y eso es algo que el intérprete nunca entiende, porque como tal siempre piensas en las cosas que puedes mejorar. Aunque con el tiempo se aprende a decir gracias.

-¿Entra en sus planes abandonar la flauta?

- Pues ahora mismo, estoy en un momento de transición, he dejado todas las orquestas donde tocaba -Saint Martin in the Fields, la Orquesta de Cámara de Europa, entre otras- y como flautista sólo toco con la London Philharmonic. Ahora mismo, a raíz de ese primer concierto, todo ha sido como una bola de nieve. Todo ha ido mucho más deprisa de lo que esperaba, porque en este período de dos años he dirigido más de lo que he tocado.

-Y ahora, ¿qué proyectos tiene?

-La semana que viene dirigiré a la Orquesta de Cadaqués en el Auditorio Nacional de Madrid. Después, por primera vez dirigiré a Saint Martin in the fields en el festival de Bucarest en septiembre próximo y también voy a hacer una ópera en Londres con la English National Opera.

-Además de la aparición en el Auditorio Nacional de Madrid, ¿qué más proyectos tiene junto a la Orquesta de Cadaqués?

-Los planes son inmediatos, actuaremos además en Zaragoza. Este verano participaremos, del 11 al 17 de julio, en el proyecto de la Joven Orquesta de las Comarcas Gerundenses, y además, el año que viene tenemos una gira por Alemania junto a María Joao Pires, una pianista fantástica.

-Y Cantabria, ¿para cuándo?

-Pues todavía no tenemos nada, pero espero que pronto podamos buscar oportunidades para hacer algo allí.

-Además está ligado a la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Paloma O'Shea, ¿cuándo comenzó esa relación?

-Desde el primer año, he acudido todos los años, salvo en dos por problemas de agenda. Ahora, como mi camino cambia de la flauta a la batuta, el próximo junio voy a dirigir a la Orquesta Freixenet en un concierto para la Reina en Madrid a petición expresa de Paloma O'Shea. Creo que seguiré colaborando y realizando 'master classes' con la escuela, aunque es complicado coordinar las agendas.

-Usted hace de todo. Clases magistrales, la interpretación, la dirección de orquesta... ¿Qué le ofrece la música?

- Creo que lo que siempre me ha atraído de la música es ella en sí, más que tocar la flauta. La flauta ha sido un instrumento con el que he podido acercarme a la música y conocer a grandes intérpretes. Y ahora, en este nuevo camino que empiezo, lo que la dirección me hace sentir es una increíble sensación de libertad, que nada tiene que ver con la autoridad o el poder.

-¿El hecho de haber estado en ambos lados le facilita la labor como director?

-Tienes un conocimiento muy claro a nivel técnico y humano de cómo funciona una orquesta. Durante muchos años he tocado en orquestas y el estar sentado en la ella me ha enseñado a estar de pie delante suyo. No soy una persona muy deportiva pero, en cierto sentido, podemos poner una analogía muy clara con los entrenadores de fútbol, pues la mayor parte de ellos han sido futbolistas. Esta experiencia de haber estado dentro del equipo te hace conocer mucho mejor cómo funciona, aunque no siempre es necesario ese paso previo.

-Habla de estar introduciéndose en un nuevo camino, ¿ser director significa alcanzar el final?

-En mi caso no ha sido una ambición de toda la vida. Hablar de finales es muy difícil pero de momento lo veo como un paso más porque el futuro es imposible de predecir.

-¿Por qué el cambio de intérprete a llevar la batuta?

-Creo que mi curiosidad por la función de un director de orquesta la he tenido siempre, antes incluso de ser músico profesional. Algo que siempre me ha sorprendido es por qué la misma orquesta suena de forma distinta con un director u otro. Creo que la relación entre una orquesta y quien está enfrente de ella siempre me ha fascinado. Pero hasta ahora no he tenido la necesidad de dirigir, simplemente ha llegado el momento adecuado y esta transición me parece normal. Es más, creo que si me lo hubieran propuesto hace diez años, hubiera dicho que no.

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