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Viernes, 18 de febrero 2011, 11:32
Nadie duda de que Carlos Urroz, el nuevo director de ARCO, es un hombre de consenso, capaz de apaciguar ánimos tras la decepción causada por la dimisión de Lourdes Fernández, antecesora en el cargo, y los conflictos de las galerías con Ifema, la entidad organizadora del evento. El nombramiento ha permitido que la cita madrileña, inaugurada ayer por los Príncipes de Asturias, celebre el trigésimo aniversario de su creación cuando la amenaza de suspensión se antojaba algo más que una posibilidad. No se trata de un recién llegado ni un gestor ajeno al panorama cultural. El nuevo responsable de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo fue adjunto de Rosina Gómez Baeza, ha ejercido labores de dirección en la Galería Helga Alvear y, actualmente, asesora a la Comunidad de Madrid en cuestiones relacionadas con la plástica.
- ARCO cumple treinta años, ¿qué balance hace de su trayectoria?
- Muy positivo, fundamentalmente por crear un entramado artístico de envergadura, una red de galerías y numerosos coleccionistas que ahora incluso salen fuera para desarrollar su afición. También destacaría la labor de sensibilización que ha conseguido el compromiso de los políticos y de las instituciones públicas que, a lo largo de este tiempo, han creado centros nuevos de arte por todo el país.
- ¿También ha acercado la plástica contemporánea al público en general?
- Sí, la ha hecho mucho más cercana. Hay que tener en cuenta que hablamos de la feria más visitada de todas las que tienen lugar en Occidente, lo que es un síntoma de la visibilidad alcanzada.
- ¿Se han calmado las aguas tras la crisis generada por la salida de su antecesora y la dimisión del anterior comité de selección?
- Totalmente, las galerías y la dirección de Ifema comparten el mismo concepto de feria.
- ¿No existe ya ningún tipo de desconfianza?
- No podemos olvidar que Ifema es un proveedor y las galerías, sus clientes. Existen diferencias y es preciso el acuerdo, se escucha y se valora para llegar al compromiso.
- ¿Ya no existe la posibilidad de que sus dirigentes aumenten la selección de participantes por su cuenta y riesgo?
- En esta edición no ha ocurrido y lo veo improbable. El comité organizado por las propias galerías tiene esa función y se han solventado todos los problemas.
- Dado el escaso tiempo transcurrido desde su designación, ¿se puede decir que nos encontramos ante una edición de transición?
- Sí, ha pasado muy poco tiempo, aunque cuando asumí el cargo había muy poco hecho. Evidentemente, es un tiempo de cambio, no sólo por el relevo en la administración, sino por el momento económico tan complejo que vivimos.
- ¿Qué cambios se producirán a corto plazo?
- Antes de nada, de dar a conocer cualquier variación, tenemos que ver el balance de esta edición. Ya han tenido lugar algunos, como la publicación de un catálogo pequeño, con aplicaciones para el iPhone y el iPad, y la puesta en marcha de una feria sin moqueta.
Menos espacio
- Este año, el espacio de exhibición es más pequeño. ¿ARCO estaba sobredimensionada?
- Cuando contaba con tres pabellones era otro ARCO, ahora la situación económica es distinta y disminuir el número de galerías presentes es una buena medida. Además, el público demandaba una reducción.
- También se han suprimido una serie de actividades periféricas como el programa Expanded Box, dedicado a las nuevas tendencias, o Performing ARCO.
- Todo está bien si contribuye a traer buenas galerías y coleccionistas, pero no tiene sentido si no cumplen tal función y esas iniciativas ya no satisfacían ese cometido.
- Menciona el escenario de recesión en el que nos hallamos. Pero algunas galerías aseguran que la feria no se ha apretado el cinturón tanto como debería.
- No es cierto; se ha producido un esfuerzo al respecto. ARCO ha practicado descuentos del 10% y ha mantenido contactos con instituciones que financian estas actividades para que continúen prestándolas.
- En cualquier caso, las predicciones en torno a las ventas no parecen muy optimistas.
- No estoy de acuerdo. Tenemos la confirmación de entidades que van a asistir con voluntad de adquirir, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Centro Gallego de Cultura Contemporánea o la Fundación ARCO. Además, hemos incorporado asesores para coleccionistas e invitado a compradores.
- ¿Cómo se va a realizar ese asesoramiento?
- Es un servicio de asesoramiento a empresarios que va más allá de la entrega de un catálogo y que parte del presupuesto y apetencias del cliente. No podemos olvidar que la feria ofrece piezas que van desde los 6.000 euros a los 600.000.
- Independientemente de los vaivenes económicos, ¿falta una demanda interna acorde con la condición de España de país del Primer Mundo?
- En nuestro país, durante la primera década del siglo XXI hemos alcanzado un mercado estable, pero su ritmo de crecimiento se ha ralentizado. No obstante, no se puede negar la existencia de un importante volumen de negocio en torno al arte contemporáneo. Sí, debe haber más, pero ya podemos decir que nos hallamos ante un sector que genera una industria a su alrededor.
- ¿Qué opinión le merece la proliferación de eventos artísticos alrededor de ARCO?
- Resulta interesante porque complementa y aporta oferta, crea sinergias. Pero hay que guiarse por las preferencias y elegir.
- El espacio de 'Solo Projects' se va a dedicar a Latinoamérica con vocación de permanencia. ¿Por qué esta apuesta?
- Nos encontramos ante un continente llamado a adquirir un gran protagonismo por su creación, la pujanza de sus galerías y el fenómeno coleccionista.
- La verdadera proyección internacional de los artistas españoles es otra cuestión debatida. ¿La feria ha contribuido efectivamente a su desarrollo?
- La visibilidad obtenida está fuera de toda duda. Es un hecho constatado que cada edición de ARCO es visitada por doscientos comisarios extranjeros y que la exposición en la feria ha sido el paso previo a su exhibición en otras citas, tal y como ocurrió con las fotografías de Ana Laura Alaez que, posteriormente, fueron exhibidas en la Bienal de Venecia.
- ¿Se tiende a una especialización de las ferias de arte contemporáneo?
- Sí, sobre todo para la gente que viaja y encuentra en cada una su carácter e, incluso, la ciudad que las acoge, porque no es lo mismo Dubai, Basilea o Miami.
- En suma, ¿nos vamos a encontrar con un buen año para ARCO?
- Es el principio de una nueva década, su treinta aniversario y lo celebramos, hubo dudas, pero se han solucionado los problemas. Empezamos también en un tiempo de recesión, y la feria era un oasis en mitad del desierto. Entonces tuvimos que demostrar que no se trataba de un espejismo y luchar, con éxito, para demostrar que no nos encontrábamos ante un capricho, sino ante una realidad con futuro.
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