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TRIBUNALES | cantabria

Condenada por conducir ebria y tocar el trasero al guardia civil que la paró

Le quitan el carné dos años y tendrá que pagar una multa de 800 euros por un delito contra la seguridad vial y una falta de respeto

M. ÁLVAREZ

Miércoles, 23 de febrero 2011, 16:02

A Heliodora H. S. le han retirado el carné de conducir durante dos años y tendrá que pagar una multa de 800 euros por un delito contra la seguridad vial y una falta de respeto a la autoridad. Es la pena que se le impone por unos hechos ocurridos en marzo de 2010, cuando estaba en el bar Caserío, de Suances, «dando gritos y molestando a los clientes», después de beber unas copas y cuando ya estaba «afectada por la ingesta de alcohol», según la sentencia.

Se requirió una patrulla de la Guardia Civil, que intentó convencer a la mujer para que depusiese su actitud y, cuando salió del local, también le recomendó que no cogiese el coche que tenía aparcado en la zona. Ella no hizo caso y se fue conduciendo. Más adelante, fue interceptada por los agentes para que se sometiese a la prueba de alcoholemia. Ella acató el mandato, intentó soplar pero no lo hacía bien, por lo que el test arrojó un resultado «defectuoso». Mientras se sometía a la prueba, según la sentencia, insultaba a los guardias y mostraba «un comportamiento irrespetuoso», sobre todo con uno de ellos, al que «le efectuó un tocamiento en las nalgas», de ahí la falta contra el orden público por «falta de respeto» debido a agentes de la autoridad (artículo 634 del Código Penal) a la que fue condenada.

Heliodora se sometió a un juicio rápido en el Juzgado de lo Penal número 1 de Santander, que la condenó por el delito contra la seguridad vial y la falta de respeto. Después, ella presentó un recurso contra esa sentencia, solicitando la absolución. Alega que no hay pruebas de que haya cometido tal delito contra la seguridad vial, porque aunque se sometió al test de alcoholemia «no pudo hacerlo por problemas de salud», según señaló en el recurso. Además, alegó que la declaración de los guardias en el juicio «estuvo plagada de contradicciones» y que ese estado de nervios que contaron los agentes se debe «a que no había tomado su medicación».

Aunque el test de alcoholemia no funcionó, el juez da por ciertas las declaraciones de los agentes, «que describieron una situación de desinhibición y falta de control absoluto, de alteración del orden público, de falta de respeto a los agentes...», un estado que coincide con los síntomas de una ingesta etílica. En el bar confirmaron que había bebido y no hay duda de que cogió el coche. Su recurso de apelación fue desestimado. Ahora también tendrá que pagar las costas de la alzada.

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