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El osezno Aragón ha servido de inspiración para los miles de niños cántabros que han participado en el concurso de literatura y dibujo de EL DIARIO MONTAÑÉS. :: TERESA COBO
Animales, hombres, osos y niños
SOTILEZA

Animales, hombres, osos y niños

Humanizar a los animales es uno de los recursos más notables de la literatura, sobre todo infantil. Los plantígrados invaden no sólo los cuartos y las ropas de los más pequeños, sino también los libros

PPLL

Viernes, 11 de marzo 2011, 01:14

Es sabida la querencia que las sociedades de todas las épocas han mostrado por utilizar a los animales como protagonistas de mitos, leyendas, historias y cuentos. Desde los albores de la Humanidad hemos concedido a los animales características y cualidades exclusivas de la especie humana para hablar de nosotros mismos. Así lo entendieron los hombres de Altamira y aunque no quedan vestigios de las leyendas orales de aquellos clanes debemos suponer que también formaban parte de su imaginario mágico-religioso. La mitología egipcia es un eslabón perfectamente documentado en este sentido; pero no viene al caso seguir desgranando ejemplos de lo que ha sido una constante en la especie humana: los animales forman parte del acervo simbólico de la Humanidad y como tal es lógico que también formen parte de las tradiciones literarias populares.

Animales en la infancia de la Literatura

Si aceptamos que toda mitología es en sí una narración el trasvase de los animales a la literatura debió de ser natural. Más de una vez se les utilizaría como subterfugio trasladando vicios y defectos humanos a animales, para criticar, denunciar o zaherir al poderoso, asumiendo un riesgo calculado.

Las fábulas de Esopo contribuyeron tempranamente a fijar algunos de estos rasgos humanos en animales y la literatura posterior ahondó en ciertos perfiles. El resultado puede ser injusto pero no caprichoso porque ¿cómo negar que el perro es fiel, la hormiga trabajadora o el cordero inocente? Por no hablar de la independencia que reivindica el gato, la compasión que despierta el ciervo o la astucia que exhibe el zorro.

El lector sabe que éstos y otros animales no citados justificarían la dedicación de una página monográfica con los relatos que en torno a ellos se han escrito. Pero hoy la página que sigue la vamos a dedicar a otra de estas especies de amplio significado, gran recorrido literario y constante presencia en las publicaciones recientes: el oso.

El interés que ha despertado entre los escolares de Cantabria la vida del osezno 'Aragón', acogido en Cabárceno tras ser rescatado del maletero de un coche, es un ejemplo de lo inspirador que puede ser este animal para la escritura y el dibujo. Miles de niños han participado en el concurso de EL DIARIO.

El oso pardo, especie a la que pertenece 'Aragón', era el preferido de los chamanes para ascender al mundo de los sueños y hoy suele representar el amor maternal; el oso polar se asocia a la lucha por sobrevivir en un mundo que se deshace sobre sus poderosas garras; el oso panda es el símbolo de los animales en peligro de extinción y una fuente de ternura y tranquilidad. Vemos que hablar de osos es concitar una gran variedad de hábitats y paisajes naturales. Y es que la tipología de osos es variada: oso pardo, oso perezoso de la India, oso malayo, oso negro americano, oso negro del Himalaya, oso gris, oso blanco, oso colmenero (o de la miel), oso marsupial (Koala), oso panda y oso hormiguero entre otros. A esta riqueza biológica de la especie úrsida habría que añadir los osos de peluche que cobran realidad en la ficción de las historias más recientes. Pero hablar hoy del oso es también hablar de ecología, de respeto al medio natural; es una de las especies amenazadas de extinción y quizás esté trazando dramáticamente el camino de lo que pueda ocurrir a nuestra propia especie.

De la amalgama de todas estas proyecciones surgen imágenes del oso como un ser furioso, amenazador, salvaje, aunque también de un ser bonachón, familiar, parlante, travieso, suave.

Los osos y los niños

Por estas últimas características el oso es también un animal que despierta simpatías en la mente infantil; consecuencia de ello son las reproducciones que encontramos en la gran mayoría de los objetos que rodean al niño desde platos, tazas o baberos hasta todo tipo de prendas, adornos y juguetes. El afecto y cariño que despiertan las crías se pone de manifiesto en la proliferación de ositos de peluche que comparten habitación con la gente menuda. La habitación de un niño es el hábitat natural del oso de peluche. La literatura infantil no podía permanecer indiferente a esta corriente afectiva y por este motivo son innumerables los libros que le tienen como protagonista. En ellos los oseznos son juguetones y traviesos y sus voluminosos padres les defienden de todo tipo de miedos y amenazas. Entre los múltiples títulos que han aparecido en el mercado reseñamos una pequeña selección y ofrecemos una lista más amplia para los lectores que sientan interés por el tema.

el oso hormiguero estornuda. ¡Escapad, escapad!

Entre las estrellas

corren las hormigas.

¡Escapad, escapad!

No quiero que sepan

que sois mis amigas.

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