

Secciones
Servicios
Destacamos
N. CAVIA
Lunes, 21 de marzo 2011, 10:51
El eterno caminante corraliego, Eduardo Benajes, ya se prepara para hacer realidad su sueño de siempre, llegar a Jerusalén. Después de sus tres aventuras recientes entre Polonia y otros centros católicos como Santo Toribio de Liébana y Santiago de Compostela, ahora pretende cubrir a pie los dos enclaves religiosos más importantes del mundo: Roma y Jerusalén. Ya tiene el proyecto pero necesita uno o varios acompañantes para los cinco meses que duraría el 'paseíto'.
Busca a alguien con quien compartir una larga caminata para la que, asegura, «no hay que ser atleta y se necesita un poco de esfuerzo». En kilómetros son 6.300. A Roma, donde empezará su aventura, viajará en avión, con lo que solamente restan unos 5.000 kilómetros, a través de Italia, Grecia, Turquía, Siria e Israel.
El coste rondará los 6.000 euros, pero espera conseguir subvenciones para reducir esta cantidad. No habrá albergues, como sucede en Europa, «por lo que habrá que buscarse la vida, dormir en la calle la mayoría de las veces». La clave es salir en mayo para que, antes de que llegue el invierno, poder estar de vuelta, «y es que los inviernos en esa zona son muy malos». La mochila, como siempre, liviana. Ya se comprará lo que sea necesario durante el camino, para abrigo en las noches frías o para guarecerse de la lluvia cuanto toque.
La parte más complicada es Turquía, que es la más larga, y Siria, la más conflictiva. También habrá que superar los obstáculos que suponen las montañas que hay en el camino. «No son demasiado duras, pero sí habrá subidas», señala.
Benajes quiere cumplir su principal sueño y acepta que será su última gran aventura. A partir de ahí, las caminatas serán más ligeras, «andar por Europa me encanta». «Pero esta fue la primera idea que tuve y ahora es el momento bueno para llevarla a cabo. Solo necesito compañía. Y cuantos más mejor». Para Eduardo Benajes es una aventura más. La última ha sido recorrer la Vía Regia entre Polonia y España. En su primer intento, una lesión dio al traste con su aventura y en el segundo, la terminó en Santo Toribio, con motivo del Año Santo Lebaniego. Reconoce que no puede estar una temporada larga sin caminar, «es como una droga».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.