Mogro alucina con el robo de la carretera

«Calla, calla. No me vaciles, hombre. Que hoy no son los Santos Inocentes». Este fue ayer uno de los comentarios más repetidos por Mogro y Miengo. Sus vecinos no daban crédito a la noticia del robo de un tramo de 150 metros cuadrados recientemente asfaltado en la calle Mies del Mar, a la altura del número 704, en Mogro. Sus sentimientos pasaron rápidamente del asombro al leer la noticia publicada por este diario o escuchar la reseña en radio o televisión, al malestar por unos hechos que coinciden en calificar como «de mal gusto».

La noticia monopolizó ayer tertulias de bares y cafeterías de Miengo. «Esta mañana he ido a tomar algo al bar del pueblo y me ha preguntado el camarero si me había enterado de lo sucedido», comentaba Domingo de Castro, vecino de Mogro cuyo domicilio dista apenas unos metros del comienzo de la travesía en que se produjo el robo. «Cuando me lo dijo, pensé que era una inocentada. Menos mal que no estamos a 28 de diciembre, porque habría pensado que se estaba quedando conmigo», añadía visiblemente molesto por unos hechos que le afectan de manera directa, ya que suele pasar a menudo por ese camino que lleva a la Playuca con una barca en el remolque de su coche. «Espero que no tenga problemas para transitar por el tramo levantado».

Similar opinión expresaba Antonio Crespo, otro lugareño que no podía ocultar su enfado: «Esto es la leche. No me lo acabo de creer. Como sigamos así, mal nos va a ir en este país. No quiero ni imaginar lo que puede pasar». «No sabía nada y cuando me lo han dicho en casa mis padres, me he quedado alucinado. Parece todo una broma. Nos estamos haciendo famosos últimamente. Pero no nos queda otra que asumirlo con risa», añadía su hijo Jorge.

Otros, lejos de tomarse el hecho con sentido del humor, no podían ocultar su indignación ante una situación que demuestra, a su entender, la poca seguridad que hay en la zona.

Vale que roben cobre...

«No hay vigilancia. Hace unos meses robaron el cobre de un tendido eléctrico. Y ahora se llevan un trozo de carretera. No saben ya qué inventar. Toda la vida se han robado otras cosas, como el cobre. O incluso las arquetas, que se llevaban todas las noches cuando se reformó la carretera general. Pero esto es lo último. Como no se vigile más el pueblo, volverán a pasar cosas parecidas», explicaba visiblemente molesto Jorge Crespo Gómez. Para este vecino, lo que pasa ahora es que «hay mucho vicio», y piensa que quien lo haya hecho «no tiene vergüenza. Es una falta total de respeto que hagan cosas así. Ya no sabe qué robar para fastidiar a los demás».

Mientras tanto, el teléfono del Ayuntamiento de Miengo estaba que echaba humo. «El alcalde ha tenido que renunciar a hablar más ante la avalancha de medios que se han interesado por el asunto», indicaron fuentes municipales. «Prefiere mantenerse al margen mientras la Guardia Civil investiga lo acontecido».