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NIEVES BOLADO
Jueves, 7 de abril 2011, 12:12
Es un pájaro precioso. Se llama frailecillo atlántico o común, aunque también se le conoce como payaso de los océanos, por los vivos colores de su pico. Otros le denominan loro de mar. Es un ave marina que sólo se acerca a tierra a criar, en primavera, en las grandes colonias del norte de Europa. El resto del año permanece en mar abierto. Se alimenta de peces pequeños y plancton, buceando, y en el Cantábrico, se encuentra en invierno principalmente en aguas profundas a una media de 20 kilómetros de la costa, es raro observarlo desde tierra.
No es usual verles en las playas de Cantabria, y mucho menos, muertos en un número significativo. Se desconoce el motivo, pero este año han arribado a nuestras costas y aquí han encontrado la muerte. Ante el inusual número de aves muertas, 13 voluntarios del Grupo Ibérico de Aves Marinas, a lo largo del mes de marzo, barrieron las playas de Cantabria y recogieron 82 ejemplares muertos.
Todo empezó en los primeros días de marzo después de seis días de mal tiempo en el mar Cantábrico con viento del norte sostenido. En las playas de Castro Urdiales encontraron, en una primera inspección, una docena de cadáveres. Con esta alarma se hizo una convocatoria a voluntarios desde el Grupo Ibérico de Aves Marinas (GIAM), que en Cantabria coordina el naturalista Jesús Menéndez, para hacer una inspección costera al objeto de valorar el alcance del suceso.
Durante el segundo fin de semana de marzo el número de frailecillos atlánticos muertos ascendía a 159 en todo el litoral cantábrico; al final del conteo la cifra alcanzó los 203 ejemplares, 82 en Cantabria. En esta región, 13 voluntarios han recorrido 31 playas, con un total de 32 kilómetros de longitud, «lo que supone casi un 80% de los arenales cántabros. Hemos encontrado aves orilladas en todos», explicó ayer Jesús Menéndez. «Se ha mirado desde Ontón hasta el puntal de Somo, el Camello y el Sardinero, las playas de Liencres y el tramo completo de Comillas a San Vicente de la Barquera, en la costa occidental».
Las playas en las que se encontraron más aves muertas fueron Oyambre (con 12) y Langre y Berria, con 10. Por municipios, hasta 22 se encontraron en Castro, 17 en Ribamontán al Mar y 11 en Valdáliga. Según el tamaño de las playas se han obtenido densidades de frailecillos muertos de 13 aves por kilómetro en Castro y 10 aves por kilómetro en Bareyo. Sus muertes están envueltas en misterio.
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