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José Antonio González Linares (a la derecha) conversa con dos vecinos de San Felices. «Es un tío serio, trabajador, eficiente y muy cercano», dicen de él. / Luis Palomeque
San Felices... de Linares
CANTABRIA

San Felices... de Linares

El municipio del Valle de Buelna hace de su alcalde el más votado de España. González Linares, que recogió 1.427 votos de los 1.694 emitidos, logró para el PRC los once concejales de su Corporación

NACHO GONZÁLEZ UCELAY

Domingo, 29 de mayo 2011, 17:06

Cuando uno gana una etapa del Tour arrollando al mismísimo Eddy Merckx se convierte en el más ilustre deportista que haya dado su pueblo. Cuando otro gana unas elecciones consiguiendo un pleno de concejales se convierte en el más ilustre alcalde que haya dado su pueblo. Y cuando uno y otro son la misma persona se convierten, entonces, en José Antonio González Linares, el más ilustre personaje que haya dado San Felices de Buelna, donde resulta más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja que tropezarse con un vecino que le haya negado el voto.

Once concejales de once posibles, 1.427 sufragios de 1.694 emitidos, un respaldo vecinal de más del 85% que hacen de él el alcalde más votado de España porcentualmente... Dicen que si se hubiera presentado por el PP, por el PSOE, por IU o por cualquier otra formación política, de cualquier sexo, de cualquier raza, de cualquier religión, González Linares habría obtenido los mismos resultados.

«Y si llega a haber trece concejales, te digo yo que saca los trece», dice un paisano apurando el blanco. «Es un fenómeno. Lo fue como ciclista y lo es como alcalde», dice otro agitando un sobrecillo con azúcar. «Y tiene palabra», dice un tercero ojeando la última página del 'As'. Que más que un bar, aquello parece la sede del Partido Regionalista. «Yo le he votado». «Y yo». «Y yo». «¡Joder! ¿y quien no?». El dueño de la tasca levanta la mano con timidez y se explica: «Yo, pero es que votaba en Los Corrales».

Los elogios se repiten en la plaza, en el colegio, en la farmacia, en la peluquería... Donde uno pregunte. «Pues hombre, si ha sacado todos esos votos será por algo, ¿no cree?». Porque es un tío «serio», «trabajador», «eficiente» y «muy cercano». Porque «tiene un buen equipo». Porque «se preocupa por nosotros». Porque «ha hecho muchas cosas». Porque, en definitiva, su alcalde «le ha dado la vuelta» a un pueblo «que no se parece en nada al de hace diez años», cuando, recuerda uno, «aquí se formaban unos 'cristos' impresionantes».

Se refiere a los crudos enfrentamientos políticos que se producían en los plenos del Ayuntamiento antes de la llegada del exciclista, conflictos que González Linares ha ido resolviendo en las urnas durante las tres últimas legislaturas 'cepillándose', uno a uno, a cuantos han presentado una candidatura alternativa a la suya hasta aniquilar a su último rival.

Del acentuado carisma del alcalde no hablan sólo sus simpatizantes, que son legión en San Felices. También lo hacen, sin problemas, aquellos que por una u otra razón, bien por su fidelidad a unas siglas, bien por sus rencillas personales, decidieron negar el voto a Linares. Cuesta encontrarlos, pero los hay. «Yo no le he votado», reconoce la propietaria de un céntrico mesón que tiene «un problema personal» con el corregidor. «¡Ponlo, ponlo!». Puesto queda. «Y pon también que, independientemente del problema que tenga con él, reconozco que es un buen alcalde».

Ríe un cliente sentado a la solana: «Yo soy del PP y, sin embargo, he votado a Linares».

«¿Me estás vacilando?»

Todavía abrumado por el respaldo que ha obtenido de sus convecinos, José Antonio González Linares, que en febrero cumplió 65 años, sale del despacho, cierra la puerta, mira el reloj y acepta «con gusto» un primaveral paseo por su pueblo antes de marcharse a casa para ver el Giro de Italia, que es lo que hacía el domingo en lugar de preocuparse por el escrutinio.

«Primero estuve viendo la carrera (se refiere a la de la Fórmula 1), porque me gusta mucho verlas. Luego estuve comentado el Giro (lo hace para una radio nacional). Y luego ya no salí; me quedé en casa toda la tarde». ¿Y las elecciones? «Me iba informando por teléfono un buen amigo» que, hacia las diez, con el escrutinio rondando el 90%, le llamó con cierto aire misterioso: «Me dice: '¿Te lo digo o no te lo digo?' Y le contesto: 'Suéltalo ya, hombre'. Y me dice: '¡Hemos hecho pleno!'. Y le digo: 'Me estás vacilando?'». Pues no. No le estaba vacilando. «Fue una sorpresa», reconoce el alcalde, que esperaba repetir los resultados obtenidos en 2007 (10-1) pero nunca un 'pleno'.

En todo caso, confiesa Linares, «la responsabilidad es la misma». Da igual 10 que 11, «vamos a seguir trabajando con la misma seriedad» por concluir la transformación de un pueblo al que el alcalde agradece un respaldo aplastante cimentado sobre el cariño que le profesan sus gentes. Merche en particular. Tiene ya 92 años y está impedida. El domingo de elecciones removió Roma con San Felices de Buelna para 'ir a votar a Toño' temiendo que en 2015 ya no pueda hacerlo. «Estoy orgulloso de mis vecinos. De todos. De los que me votaron y de los que no», afirma sin rencor José Antonio González Linares, que siendo el más ilustre deportista de su pueblo se ha convertido también en su más ilustre alcalde.

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