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GERARDO ELORRIAGA
Viernes, 29 de julio 2011, 02:10
El estallido de intensos enfrentamientos en la capital somalí amenaza el puente aéreo humanitario entre Nairobi y Mogadiscio. Las tropas gubernamentales, apoyadas por fuerzas de la Unión Africana, han atacado posiciones de la milicia islámica tan solo un día después del aterrizaje del primer avión del Programa Mundial de Alimentos con 14 toneladas de ayuda para los afectados por la escasez. Los choques que tienen lugar al norte, a siete kilómetros de la pista de aterrizaje, se han saldado con la muerte de cuatro soldados.
El recrudecimiento de la contienda dificulta aún más el despliegue del auxilio a la población víctima de la sequía. Al Shabab, el principal grupo guerrillero, mantiene su negativa a permitir la entrada de la cooperación internacional y niega la existencia de una hambruna tal y como ha declarado Naciones Unidas. Sin embargo, los flujos de desplazados hacia Mogadiscio y de refugiados a los campos de Kenia y Etiopia revelan la magnitud del fenómeno. Según Médicos Sin Fronteras, el 38% de los niños recién llegados sufren desnutrición severa. La ONU ha manifestado su intención de socorrer a toda la población y colaborar con todas las facciones en disputa, aunque no hay noticia de conversaciones con los islamistas.
La intensificación de las luchas parece responder a una estrategia preventiva de la autoridad oficial. El Ramadán, que tendrá lugar a lo largo del mes de agosto, es un momento propicio para las ofensivas guerrilleras y la perpetración de atentados en el centro de la ciudad. Según las creencias más radicales, la muerte en combate durante el tiempo del ayuno, proporciona recompensas extraordinarias a los mártires. El año pasado, los milicianos aprovecharon este periodo para llevar a cabo diversos ataques como el desarrollado contra el Hotel Muna, que se cobró la vida de seis parlamentarios.
Mogadiscio, punto clave
La ciudad constituye la principal base Gobierno Federal de Transición, entidad reconocida internacionalmente como heredera del desaparecido régimen somalí, pero se encuentra aislada por tierra del resto de territorios bajo su control. La entidad retiene en torno al 60% del área metropolitana, una zona densamente poblada que ha recibido en los últimos meses cientos de miles de desplazados del interior que buscan ayuda tras perder sus fuentes de subsistencia. A lo largo del 2011, los efectivos del presidente Sharif Sheikh Ahmed han conseguido desplazar a sus rivales de varios distritos centrales de Mogadiscio aunque Al-Shabab sigue detentando el poder en el resto del país, incluidas las zonas de hambruna.
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