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R. C.
Sábado, 13 de agosto 2011, 02:00
Un nuevo asalto a la valla fronteriza, como ya ocurrió en septiembre de 2005, y que se saldó con cinco fallecidos, es el principal temor de las autoridades de Ceuta tras la oleada de inmigrantes que están intentando entrar en la ciudad autónoma.
La presión migratoria de las últimas semanas -solo la madrugada del viernes llegaron a nado 24 personas- ha desbordado las previsiones de la Delegación del Gobierno, que se ha visto obligada a reforzar la vigilancia policial y a abordar la precaria situación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que ya acoge a 750 indocumentados, un 30% más de la capacidad máxima.
El temor de las autoridades civiles y policiales a un posible asalto a la valla fronteriza o a los puestos aduaneros responde a dos motivos: la llegada masiva de inmigrantes a territorio marroquí, llegados muchos de ellos como consecuencia de las revueltas árabes, y la presencia de una embarcación de la Gendarmería de Marruecos frente a las aguas jurisdiccionales españolas, lo que genera más presión sobre los pasos fronterizos de tierra.
El mejor ejemplo se produjo la madrugada del viernes, cuando un grupo de medio centenar de inmigrantes subsaharianos intentaron entrar a Ceuta a través de la aduana del Tarajal, que separa la ciudad de Marruecos, y que habitualmente se colapsa. Un refuerzo de la gendarmería marroquí intervino, revisó su documentación y frenó la entrada ya que ninguno tenía papeles.
Entonces, 24 de ellos se fueron a la línea costera y sobre las cuatro de la madrugada intentaron cruzar a nado. Una unidad de la Guardia Civil y otra de Salvamento Marítimo les interceptó cuando ya habían entrado a aguas españolas. Ello, pese a que desde el jueves también se encuentra en la zona una embarcación de vigilancia de la Gendarmería marroquí.
Los inmigrantes rescatados, todos ellos jóvenes varones, fueron trasladados al puerto deportivo de Ceuta, donde fueron asistidos por voluntarios de la Cruz Roja. Su estado de salud es bueno y una vez que la Policía Nacional instruyó los expedientes correspondientes sobre su situación administrativa fueron trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Desbordado
Tras dos meses y medio a un ritmo de casi diez ingresos diarios en el CETI de Ceuta, la segunda semana se agosto sigue sin dar tregua. Después de 48 horas de calma, los 24 nuevos 'sin papeles' interceptados desbordan más si cabe el centro de retención, que ya está muy por encima de su máximo operativo. En la actualidad hay unas 750 personas y el límite son 512.
A finales de julio, el presidente de Ceuta, el popular Juan Jesús Vivas, escribió una carta al ministro del Interior, Antonio Camacho, para que paliara la saturación del CETI, ya que existía la posibilidad de que muchas de esas personas se quedaran en la calle con la consiguiente incidencia directa en la ciudadanía. Solo en julio entraron en el centro 263 personas y la presión no se detiene en agosto.
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