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J. C. FLORES-GISPERT
Martes, 30 de agosto 2011, 02:03
Se celebró ayer en la catedral de Santander la tradicional procesión de los Santos Mártires San Emeterio y San Celedonio, acto con el que comenzó el programa religioso en honor a los patronos de la Diócesis y también de la ciudad de Santander. Hoy, martes, día festivo en Santander, se conmemorará la memoria litúrgica de estos dos hermanos que fueron martirizados por su fe hacia el año 298 en Calahorra (La Rioja).
A las 20,00 horas de ayer sonaron todas las campanas de la Catedral para ensalzar la procesión que presidió el obispo, monseñor Vicente Jiménez. A esa hora, desde la Iglesia Baja de El Cristo, se inició el traslado de las reliquias.
La comitiva estuvo presidida por el Cabildo Catedralicio y los dos relicarios de los mártires, que fueron trasladados hasta el claustro de la Catedral.
En ese lugar la procesión se detuvo en la nave conocida como 'Tres por calle', sobrenombre que procede de cuando el Concejo de Santander se reunía antaño en este punto, en el que se convocaba a tres miembros de otras tantas calles de la ciudad para deliberar sobre asuntos de importancia para la capital.
Hoy, martes, a las 12.00 horas, el obispo, presidirá la misa solemne en la que interviene la coral Valle de Piélagos-Salcedo. Las reliquias de los patronos de la Diócesis y de la ciudad de Santander, permanecerán expuestas en el presbiterio de la Catedral para ser veneradas. También se oficiará una misa a las seis y media de la tarde.
Santos Emeterio y Celedonio
Oriundos de Calahorra, San Emeterio y San Celedonio sufrieron en esta ciudad el martirio durante la persecución romana de Diocleciano, en torno al año 298. Los hermanos eran soldados de las legiones romanas, pero las abandonaron para profesar públicamente su fe en Cristo.
Por ello, fueron llevados ante un tribunal y encarcelados durante algún tiempo. Más tarde, en las afueras de la ciudad y junto al río Cidacos, afluente del Ebro, sufrieron el martirio, fueron decapitados y sepultados sus restos durante años.
Las reliquias de los mártires fueron traídas a Cantabria en la Alta Edad Media para protegerlas de los árabes y estuvieron ocultas bajo el suelo de la Iglesia de El Cristo. En unas excavaciones realizadas en 1531 se hallaron y se depositaron en los dos actuales relicarios para ser expuestas al culto. Probablemente Santander tomó su nombre de 'San-Emeterio'. El Papa Pío VI, a petición del entonces obispo de Santander, Rafael Tomás Menéndez de Luarca, en 1791, los declaró patronos de la Diócesis de Santander.
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