El Gobierno suspende las inversiones hasta 2012 para ahorrar cien millones

Al presidente del Gobierno, Ignacio Diego, sólo le faltó pedir a los cántabros sangre, sudor y lágrimas para atajar la «dramática» situación de la economía de Cantabria. No llegó a invocar la famosa arenga bélica del primer ministro británico Winston Churchill en el momento más peligroso de la Segunda Guerra Mundial, pero sí pidió a la ciudadanía «comprensión y confianza» para asumir «sacrificios». Y lo hizo después de que su Gobierno acordara aplazar todas las inversiones de este año hasta el próximo ejercicio para ahorrar los 125 millones de euros que necesita para cumplir el objetivo de déficit marcado por el Estado, pagar las nóminas de los empleados públicos y atender los compromisos adquiridos con proveedores.

Diego es «consciente» de que la supresión temporal de las inversiones supondrá «abundar más en la ralentización de la recuperación económica». Pero el presidente, que prometió transparencia en la gestión frente a la «opacidad» de la coalición PRC-PSOE, se sinceró: «No hay otra salida». O se aplican los recortes aprobados, o los funcionarios «no cobrarán» la nómina de diciembre, ni el Estado autorizará al Gobierno a concertar los préstamos previstos, con el riesgo grave de tensiones de liquidez y tesorería. Eso sí, ningún ajuste afectará al estado del bienestar (sanidad, educación y política social).

Y no hay otro remedio porque la autonomía está «acogotada» por unos presupuestos «irreales, camuflados y maquillados», que requieren del actual Ejecutivo «poner orden» en las cuentas aprobadas por el anterior equipo de Gobierno, para generar recursos y fomentar la creación de puestos de trabajo.

El Ejecutivo eligió el día de los Santos Mártires, festivo en Santander, para acordar un ajuste de 100 millones de euros más en los presupuestos de Cantabria de 2011, que se suman al recorte de otros 25 millones aprobado hace diez días por la Consejería de Economía. De ellos, 71 millones se refieren a inversiones que aún no han sido comprometidas ni están adjudicadas y que no se ejecutarán hasta el próximo ejercicio, una vez aprobados los presupuestos de 2012. Este retraso de cuatro meses afecta a todos los ámbitos (sanidad, obras públicas, medio ambiente...), pero Diego no entró en detalles porque será a lo largo de esta semana cuando las distintas consejerías tendrán que concretarlas junto a la de Economía y Hacienda para llevarlas al Consejo de Gobierno del próximo día 8 de septiembre. El resto de los recortes en conceptos que no son inversión, afecta a transferencias corrientes y de capital, salvo las relacionadas con sanidad, educación, servicios sociales y empleo, que «nunca» se van a ver salpicadas por estas medidas de ajuste.

El jefe del Ejecutivo está dispuesto también a hincar el diente a las empresas públicas, donde anunció un recorte «imprescindible y duro», aunque no lo llevará a término hasta saber con certeza cómo y por dónde meter la tijera para que el ajuste «sea eficaz», y esa prospección en el ámbito de las sociedades públicas todavía no está terminada.

Agujeros en el cinturón

Pero la situación es tan «dramática», en palabras del presidente, que al Gobierno no le quedan ya agujeros en el cinturón. «Si las circunstancias nos exigen algún recorte más, seríamos incapaces de hacerlo», enfatizó Diego, que, en tono didáctico, explicó la tan traída y llevada herencia recibida y el estado anémico de las arcas públicas. Así, el Gobierno anterior gastó en los seis primeros meses del año el 80% del presupuesto, que suma 2.400 millones de euros, y dejó para el segundo semestre el 20%, es decir, 500 millones, un margen de gasto tan estrecho que hace sudar a los nuevos gestores públicos del PP para normalizar las cuentas de Cantabria. De esta cantidad, el Ejecutivo ha recortado ya hace diez días 25 millones, además de los cien aprobados ayer en sesión extraordinaria, la decisión «menos traumática» para cumplir con el objetivo de déficit para 2011 al que Cantabria se comprometió con el Estado. Pero Diego no quiere que los cántabros le asocien sólo con los recortes. El Ejecutivo «está gestionando y planificando un futuro a corto, medio y largo plazo para Cantabria», y se ve obligado a acometer estos ajustes «para sentar las bases de un futuro mucho más halagüeño». Este es su mensaje esperanzador .