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'Nardo' limpia zapatos en pleno centro de Santander. :: ANDRÉS FERNÁNDEZ
«A los políticos de hoy les da vergüenza que les limpie los zapatos»
CANTABRIA

«A los políticos de hoy les da vergüenza que les limpie los zapatos»

Bernardo Ruiz El último limpiabotas de Santander Por sus manos han pasado alcaldes y gente de a pie, conserva clientes de hace cincuenta años y no piensa retirarse

JUAN C. FLORES-GISPERT

Sábado, 10 de septiembre 2011, 14:28

Recuerda 'Nardo' que en los buenos tiempos, hace tres décadas, había más de treinta limpiabotas en Santander, que trabajaban en los mejores bares y restaurantes. La profesión está llamada a desaparecer, por la crisis, por el calzado deportivo y porque la gente no quiere que vean como alguien le limpia los zapatos.

-Desde el suelo habrá visto y oído mucho...

-Mucho, pero lo que se escucha aquí se queda.

-Por sus manos y cremas ha pasado mucha gente importante de Cantabria.

-Sí. He tenido buenos clientes, de generación en generación. Pero hoy los jóvenes han dejado de venir a que les limpie los zapatos. Así que la profesión desaparece. Yo seguiré hasta que el cuerpo aguante. Si dejo de limpiar zapatos, en cuatro días me muero. Llevó cincuenta años trabajando.

-¿Siempre fue 'limpia'?

-Empecé siendo zapatero y limpiando zapatos y acabé de 'limpia'.

-En cincuenta años de profesión ha recorrido muchos locales...

-Empecé en Acapulco, una cafetería que estaba en Isabel II al lado de la confitería Gómez; luego pasé a San Siro, en Lealtad, donde estuve treinta años. Luego a La Catedral, y ahora estoy en Juan de Herrera en la cafetería Bien y Tú.

-¿Cuánto cobra por limpiar unos zapatos?

-Tres euros. No subo el precio desde hace seis años. Porque la cosa está muy mal. Empecé cobrando cincuenta céntimos de peseta.

-También usted nota la crisis.

-Claro. Se nota mucho. El número de clientes ha bajado el 30%.

-Usted le ha tocado los pies a muchos famosos...

-Bueno, famosos... gente muy conocida de Santander y gente corriente, de todos los días. Lo que está claro es que me conoce todo Santander. Por mis manos han pasado muchos políticos. Piñeiro padre, ya fallecido, su hijo Gonzalo, que fue alcalde; Manuel Huerta, también alcalde, que sigue siendo cliente; Juan Hormaechea también lo fue, desde antes de ser político, pues paraba mucho en San Siro y en La Mundial. Ya su padre fue cliente mío. Jaime Blanco sigue siendo cliente habitual. El que nunca ha venido es el actual alcalde, Íñigo de la Serna; ni el presidente Ignacio Diego. Yo creo que a los actuales políticos les da vergüenza, les da un poco de corte que les vea todo Santander aquí, limpiándose los zapatos.

-El uso masivo de calzado deportivo le habrá perjudicado mucho.

-Muchísimo. La juventud es lo que gasta. Antes, cuando empecé, todo el mundo llevaba zapatos. Y había 'limpias' en cada cafetería. Ahora, con este calzado, la clientela se ha perdido. Vienen muy pocos jóvenes y esos nuevos ejecutivos casi nunca.

-Ante un limpiabotas nunca se ha visto a una señora. ¿Por qué?

-Vienen muy pocas. Les da mucho corte ponerse en público a que le limpien los zapatos. Me los traen, se los limpio y los recogen.

-La crisis también se habrá llevado por delante a clientes de los 'de siempre'.

-Sí. Yo limpiaba mucho a contratistas, a gente del sector inmobiliario... Y esos han desaparecido todos.

-¿Hay gente muy difícil de contentar?

-No. La gente siempre es muy amable con nosotros. Claro que yo procuro hacerlo siempre bien. Conservo clientela de hace cincuenta años.

-Y los extranjeros, ¿qué dicen cuando ven un limpiabotas?

-Les extraña. Antes también limpiaba los zapatos a algún extranjero, pero como ahora todos vienen con playeras, se acabó el negocio.

-¿Anécdotas?

-Hace cuarenta años un mexicano que venía con los de su pueblo de Cantabria y se iban de fiesta me dio mil pesetas por limpiarle sólo una bota y la otra se quedó llena de boñiga. Estaban de juerga y él era indiano con dinero.

-¿La gente le da propinas?

-Sí, pero cada vez menos.

-Por qué los jóvenes no quieren continuar con esta profesión?

-Pienso que porque creen que es un trabajo bajo, pero da para vivir si se hace bien. Mire, Martín Luther King fue limpiabotas; el dueño de la cadena de restaurantes 'José Luis' de Madrid, empezó de limpiabotas. Y el 'limpia' de Santiago de Compostela es una personalidad, que ha dado el pregón de fiestas de este año.

-¿Por los zapatos conoce a la gente?

-Sí. Veo los zapatos y se si son buenos o malos, si el que los lleva es limpio o no.

-Nardo ¿cree que...?

-Perdone, pero tengo que atender a un cliente. Son las doce de la mañana y desde las nueve sólo he limpiado a tres. En los buenos tiempos a estas horas había limpiado doce.

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