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REDACCIÓN
Martes, 13 de septiembre 2011, 00:23
Un conductor, que circulaba a gran velocidad, en zig zag e invadiendo el carril contrario por Santander, ha sido condenado a 15 meses de prisión y cuatro años sin carné como autor de un delito contra la seguridad vía. La conducción temeraria del condenado obligó al menos a un vehículo policial y a un autobús a frenar para evitar sendos accidentes.
Según declara probado la sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 4, los hechos ocurrieron el 1 de agosto de 2009 cuando S. L. L., con antecedentes penales también por delitos de este tipo, conducía un Mercedes C-180 por Santander a las diez y media de la mañana y se introdujo a gran velocidad en la rotonda de acceso al barrio de Santiago el Mayor, perdiendo el control del vehículo y sin respetar la señal de ceda el paso. La maniobra obligó a un vehículo de la Policía Nacional que circulaba por el lugar a frenar para evitar la colisión. Aunque los agentes activaron las señales luminosas y acústicas de su vehículo e iniciaron la persecución del Mercedes, su conductor hizo «caso omiso» y continuó circulando. En la fuga, no respetó un ceda el paso y obligó a un autobús urbano a frenar bruscamente. Posteriormente, en la autovía en dirección a Camargo, rebasó de forma negligente a varios vehículos que estaban detenidos en el carril de acceso por necesidades de tráfico, cuyos conductores alertaron a la Policía. El conductor, que ya había sido condenado en anteriores ocasiones por circular ebrio, tendrá que estar ahora cuatro años sin conducir y cumplir 15 meses de prisión.
Dos años de prisión
Un toxicómano, que intentó robar encapuchado y armado con un cuchillo de grandes dimensiones en una tienda de golosinas, ha sido condenado a dos años de prisión. El juez ha atenuado la pena por su drogadicción y porque pagó los 260 euros de indemnización. Pero también ha aplicado las agravantes de disfraz y reincidencia. Los hechos ocurrieron a finales de enero, cuando José Ángel C. C. entró en una tienda de golosinas a robar, cubierto con una capucha y un arma blanca. Tras dirigirse a la empleada, le exigió dinero, y como ésta se negó, le puso el cuchillo en el estómago, pese a lo cual la dependienta se resistió. Entonces el acusado golpeó el ordenador e intentó fugarse con él, pero fue perseguido por los padres de la empleada, que lo tiraron al suelo. Según la sentencia, el encausado presentaba una conducta antisocial y trastorno por dependencia a los estupefacientes.
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