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Foto: Javier Cotera
«No nos vendemos los ojos, la solución del botellón es educativa, no policial»
Samuel Ruiz | Primer teniente alcalde de Santander y concejal de Protección Ciudadana

«No nos vendemos los ojos, la solución del botellón es educativa, no policial»

«Ni nos planteamos, como pasa en otras ciudades, habilitar una zona en el extrarradio para que los jóvenes beban. Eso nunca va a ocurrir aquí»

GONZALO SELLERS

Domingo, 18 de septiembre 2011, 11:36

Samuel Ruiz (44 años) prefiere llamarlo 'fenómeno' antes que 'problema', pero lo cierto es que el botellón se ha convertido en un dolor de cabeza para muchos vecinos durante este verano, el primero de la cuarta legislatura en el Ayuntamiento de Santander para este ex ejecutivo de ventas de Telefónica.

-El Ayuntamiento creó una unidad policial centrada en el botellón, pero el consumo de alcohol en la calle ha seguido siendo un problema este verano. ¿La única solución es la policial?

-No podemos ponernos una venda en los ojos, es un problema educativo. En Cantabria tenemos una ley regional que dice que no se puede consumir alcohol en la vía pública. Y esa ley afecta lo mismo a Santander que al resto de municipios. La Policía Local, si ve que se incumple la legislación, tiene que actuar. Parece que este verano se ha multiplicado por cuatro el consumo de alcohol en la calle, pero no ha sido así. Se va controlando. No disminuye el número de personas que lo hacen, pero sí se va ordenando. De todos modos, no es un problema que sólo nos afecte a nosotros, les pasa a todos los municipios y en algunos de manera muy superior. Santander es una de las ciudades con menor incidencia del fenómeno del botellón.

-Pero estará de acuerdo en que en verano se multiplica este problema respecto al invierno. ¿No se pueden adoptar medidas específicas para esa época del año?

-También hay más positivos en alcoholemia por la noche que por el día. Y más atropellos por el día que por la noche. El botellón a cinco grados de temperatura se da en zonas cubiertas y no en plena calle. Esta semana se nos acusaba de reprimir policialmente el botellón. En ningún caso. La policía sólo cumple sus obligaciones. Si ve a alguien bebiendo en la calle tiene que denunciar. No pienso que el botellón se vaya a acabar con la actuación policial, sino que tendrá que atajarse desde diferentes flancos. No sólo desde el Ayuntamiento, sino desde el Gobierno y los propios vecinos.

-¿Se ha planteado en el Ayuntamiento llevar el botellón al extrarradio, como en otras ciudades?

-En ningún caso. Sé que eso ha pasado en otros sitios, pero no podemos ser cínicos y trasladar a la gente a otro sitio, donde no la veamos, para que allí pueda infringir la ley. Eso nunca va a pasar en Santander. Sería absurdo. Hay que afrontar el problema para corregirlo.

-¿Se puede paliar el consumo de alcohol en la calle flexibilizando la ordenanza de terrazas, como quieren los hosteleros?

-No, en ningún caso. Son dos cosas completamente distintas. Los hosteleros en el tema del botellón son convidados de piedra. Se les está relacionando y no tienen nada que ver.

-Ellos mismos se han quejado.

-Sí, pero también otros colectivos vecinales.

-En cualquier caso, al margen del botellón, sí existen negociaciones para cambiar esa ordenanza y permitir la colocación de más terrazas en la calle.

-Pero están motivadas por la ley antitabaco. La demanda de terrazas se ha multiplicado por tres este año y hace falta ajustar esa normativa a la realidad. La que teníamos era muy permisiva y estaba bien para el momento en el que se hizo. Ahora la realidad social es muy distinta, pero mantendremos el mismo principio general: conciliar los intereses de los hosteleros con los ciudadanos.

-¿Qué retos tiene un equipo de gobierno que ha conseguido los mejores resultados electorales de la historia en Santander?

-Tenemos por delante cuatro años ilusionantes. Los más determinantes de este siglo y del anterior. Ahora vamos a desarrollar los espacios más importantes de la ciudad, hitos como el del Frente Marítimo, la reunificación de los espacios ferroviarios, la aprobación del Plan General, el Mundial de Vela y la construcción del Centro Botín.

-A todos estos proyectos se les podía haber unido el búnker del Banco Santander. ¿Se arrepienten de haber dejado pasar la oportunidad?

-No dejamos pasar ninguna oportunidad. El Ayuntamiento hizo lo que pudo. Se luchó por conseguirlo, pero las circunstancias de tiempo y administrativas impedían la construcción del búnker. Muchos han intentado, por intereses políticos, hacer ver otra cosa, pero desde el PP no se puso ninguna traba ni se impidió la construcción del búnker del Santander.

-¿La situación económica del Ayuntamiento y de la región impedirá la puesta en marcha de esos planes que ha mencionado?

-No creo que los paralice, sí puede ralentizar muchas de las inversiones previstas. Pero eso no debe ser ningún tipo de traba para que el Ayuntamiento siga impulsando, gestionando y sacando adelante proyectos que hasta hace poco eran una quimera. Se habló durante muchos años del desarrollo del Frente Marítimo o de los espacios ferroviarios, y hoy en día son una realidad. Hemos avanzado más en los últimos dos años que en 25.

-El Ayuntamiento fue muy crítico con el anterior Gobierno y lo culpó de la paralización de muchos proyectos en la ciudad. ¿Se solucionan los problemas de Santander con Ignacio Diego?

-De manera inmediata se soluciona el diálogo. En los últimos ocho años, el Gobierno PRC-PSOE no dio la posibilidad de transmitir sus necesidades a la ciudad que aglutina a cerca del 35% de la población de Cantabria, además de ser la capital.

Se caracterizaron por su sectarismo y aislamiento, y creían que así iba a tener rendimientos políticos. Pero la realidad ha sido muy distinta. Ahora mismo tenemos una relación fluida con el Gobierno de Diego. Sin pasar los 100 días de cortesía ya tenemos importantes avances, como un Pacto Territorial sobre el Empleo y el compromiso de agilizar la aprobación del Plan General de Santander, entre otros.

-Precisamente, los vecinos del edificio incendiado en Tetuán dependen de la aprobación de ese Plan para esquivar la orden de derribo que firmó el Ayuntamiento.

-Es una situación coyuntural. Hay un conflicto entre los vecinos porque unos quieren derribar y otros reformar, y el Ayuntamiento sólo puede hacer cumplir la ley. Los informes técnicos dicen que hay una situación de ruina y, por tanto, si no la declaramos estaríamos incurriendo en una prevaricación. Esos vecinos están esperando el Plan General porque daría la posibilidad de rehabilitarlo, pero hay muchísima más gente que está esperando para otros muchos proyectos e inversiones que conllevan generación de empleo.

-Los afectados de Tetuán sólo piden una declaración pública del Ayuntamiento asegurando que cuando el Plan se apruebe la orden de derribo dará marcha atrás.

-El Ayuntamiento tiene que decir lo que tiene que decir en cada momento. Los hemos mantenido informados y unos propietarios están a favor del derribo y otros no. El Ayuntamiento sólo ha hecho lo que dicen los informes técnicos.

-Ya se han escuchado las primeras críticas sobre un trato de favor del Gobierno con Santander. En algunos municipios no se ve con buenos ojos el estatuto de capitalidad que ya están negociando.

-Son los ciudadanos de Santander los que nos han elegido, y estamos obligados a reivindicar todo lo que sea necesario para que la ciudad sea mejor. Pero vamos más allá y somos solidarios con otros municipios del entorno. A Camargo, por ejemplo, le prestamos el agua. Somos solidarios, pero debemos reivindicar lo mejor para nosotros.

-Al anterior Gobierno le pidieron 16 millones de euros en forma de alegaciones al presupuesto para distintas obras en la ciudad, como un metro ligero. ¿Le van a exigir lo mismo a Diego?

-Sí, por supuesto, aunque las reivindicaciones que teníamos hace seis, siete u ocho años han podido variar ya que el escenario no es el mismo. El alcalde ya le ha transmitido al presidente una serie de necesidades que no difieren en absoluto de lo que se le pedía al anterior Gobierno. Lo que pasa es que aquel no nos escuchaba y éste sí.

-Se especula con que el futuro político de Íñigo de la Serna está en Madrid. ¿Se ve como su sucesor al frente del Ayuntamiento?

-En ningún momento me lo he planteado, y tampoco el alcalde está pensando en eso ahora. Íñigo de la Serna tiene un proyecto para cuatro años y en eso está volcado, al igual que yo.

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