Los 'partos' de Server

José María Lailla, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) no debe estar de humor, y eso que la revista digital (Gaceta Electrónica de la SEGO) hace gala en cada uno de sus números de unas viñetas ('Toque de humor' se titula la sección) que intentan hacer sonreír a los profesionales de esta especialidad sanitaria, eso sí, a cuenta de las mujeres que atienden. Y a tan solo tres meses de haber tomado posesión de su cargo, no debe de estar contento porque aún no se ha pronunciado sobre la polvareda de críticas que ha levantado esa sección «indignante para las mujeres, en la que se muestra una imagen femenina basada en estereotipos machistas y misóginos», en opinión de la asociación El Parto es Nuestro, que, al igual que la Asociación El Defensor del Paciente, lo han denunciado públicamente y ante el Instituto de la Mujer. El dibujante se llama Javier Server Gonzálbez (aunque firma Gosalvez), ginecólogo del hospital San Francisco de Borja, de Gandía (Valencia), al que la Sociedad 'fichó' en 2008, año en que uno de sus boletines anunciaba que el doctor Javier Server «se incorpora a nuestra Gaceta aportando sus mordaces y apreciadas viñetas».

Tres años después y por casualidad, El Parto es Nuestro ha descubierto los chistes para sorpresa y escándalo de muchas asociadas. Claudia Pariente, coordinadora de Comunicación de este portal de Internet que divulga temas de interés para las embarazadas, aún no se ha repuesto del disgusto y acusa a la Sociedad Española de avalar a un dibujante «que no tiene respeto por ninguna mujer, ni por las gordas ni las flacas, ni las prostitutas, ni las de avanzada edad. Si él quiere dibujar eso, que lo haga en su casa, pero no en una revista de una sociedad científica», apostilla.

La cosa no ha quedado ahí, a los cientos de comentarios vertidos en las redes sociales que califican el humor del ginecólogo de «chabacano», «chusco» o «denigrante», entre otros apelativos, se ha unido la denuncia del Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. La directora del organismo, Teresa Blat, remitió ayer mismo una carta al presidente de la SEGO en la que le insta a retirar esas viñetas -las que se publican en esta página son las menos ofensivas- y a no volver a difundir contenidos «que atentan contra la dignidad de las mujeres, que son sexistas, ridículos y que no representan al colectivo de ginecólogos de este país». Blat confía, «por experiencia», en que la Sociedad acepte su solicitud «que el presidente retire las viñetas y que la respuesta sea rápida».

De momento, ni Lailla ni ningún portavoz de la SEGO han contestado a la petición de este periódico para que expresen su postura. Tampoco el autor de los dibujos, que ayer no acudió a su puesto de trabajo en el Servicio de Ginecología del Hospital de Gandía. Fuentes de su departamento advirtieron que «no quiere pronunciarse, que no ha hecho ningún tipo de declaración y que prefiere mantenerse al margen».

Mientras algunos colegios de médicos, como el de Valladolid, prefieren guardar silencio, la presidenta del de Valencia y, además, compañera de Server en el mismo hospital, Rosa Fuster, asegura que nada más lejos del facultativo que intentar despreciar a la mujer. Cree que solo ha pretendido «dar un toque de gracia a la profesión, al margen de que lo consiga con más o menos gracia». Afirma que de todas las profesiones se hacen chistes y que «no es lo mismo que esas viñetas se exhibieran en las consultas». «Se puede haber equivocado porque hay mucha susceptibilidad social sobre algunos temas, pero no creo que ninguna compañera se haya sentido ofendida», agrega. Justo lo contrario piensa el ginecólogo de Valladolid, Ángel Santaolalla, a quien los chistes le parecen «horrorosos y franquistas», que ofenden a mujeres y ginecólogos y pide a la SEGO una respuesta «contundente».