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ÁLVARO MACHÍN
Lunes, 7 de noviembre 2011, 12:24
En los primeros minutos del partido, nadie miraba a la cancha. Dujshebaev, Iker Romero o Joseja Hombrados, los galácticos del Ciudad Real, eran actores secundarios en un escenario que aún olía a pintura. Fue el 20 de abril de 2003 y el Balonmano Cantabria recibió a uno de los mejores equipos del mundo en el estreno del Palacio Municipal de Deportes de Santander. En las gradas se reunieron 6.000 personas. La primera vez que abría sus puertas. La falta de apoyo económico acabó con la vida del club cántabro más laureado de la historia. Ahora, la crisis y la falta de equipos de primer nivel (van unidas) han dejado muy tocada la programación de un edificio bautizado por entonces como el 'Guggenheim del deporte' y que costó unos 25 millones de euros. En lo que va de año, el imponente escenario sólo ha albergado once eventos y, de ellos, sólo seis fueron de carácter deportivo.
Dos conciertos en enero, un partido de fútbol indoor y un encuentro escolar en marzo... En febrero, nada (tampoco en junio). Música, fiestas y hasta un acto de carácter religioso en la agenda de los que llegaron a Santander con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud... En total, once eventos entre enero y octubre. En los doce meses de 2010 se programaron 32. «Todos somos conscientes de los momentos complicados por los que atraviesan los clubes deportivos. Está pasando en todas las ciudades que cuentan con Palacios de Deportes», explica Luis Morante, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Santander.
«Curiosamente, este año es en el que más contenido social hay y hemos aumentado las actividades», puntualiza. Esa es la principal fuente de 'vida' del recinto, proyectado por Julián Franco y José Manuel Palao. Clases de aerobic, pilates, yoga, los entrenamientos de los alumnos de la Escuela de Gimnasia rítmica... En total, 1.183 usuarios (el pasado año eran 942). Algunas de las especialidades se han trasladado este año al edificio desde otras sedes y se han creado otras nuevas para dotar de movimiento a sus pasillos.
«Lo importante es contar con un edificio de estas características para estar ahí y tener, al menos, la posibilidad de optar a organizar eventos importantes. De cara al Mundial de Balonmano, por ejemplo, pasamos todas las cribas, pero nos descartaron por no tener un tren de alta velocidad en la ciudad. Hubiera sido imposible hacer algunas cosas si no tuviéramos el Palacio, como los conciertos de Shakira o Bruce Springsteen», explica Morante. «Todo el mundo espera que la situación mejore y haya empresas que puedan patrocinar a equipos como en su día lo fue el Teka de balonmano. Hay que tener paciencia y esperar a que todo mejore», insiste.
Una 'maldición'
Lo cierto es que los inquilinos previstos para el Palacio, que ocupa una superficie total de 13.525 metros cuadrados, fueron 'muriendo'. Las últimas hazañas del Teka se remontan a una ya lejana temporada 97-98, con la Asobal y la Recopa de Europa. Cuando se terminó el Palacio, el club ya vivía un calvario que le llevó a la desaparición sólo cuatro años después de contar con su imponente sede. Pero es que, además, las 6.290 localidades del recinto (4.304 de carácter fijo y las 1.986 del graderío móvil) fueron una losa que obligaron, incluso, a los jugadores a pedir el retorno a la vieja Albericia ante la impresión de un pabellón fantasma en las últimas temporadas.
Lo mismo le pasó al Lobos, que llegó a militar en la ACB de baloncesto en su Torrelavega natal. Su propietario decidió traerlo a Santander para buscar más apoyos, pero únicamente consiguió echar el cierre al club y, con él, dejar en testimonial la actividad del Palacio (allí sigue jugando el Estela, pero la presencia de aficionados muy difícilmente alcanza el millar).
Desde entonces, el edificio ha tratado de ser un centro de promoción deportiva y cultural. Además, al 'mejillón' (o la 'ballena') le ha surgido competencia. El Palacio de Exposiciones o el recientemente inaugurado Escenario Santander también le restan agenda. Y es que sus 'llenos' más sonados han tenido que ver, precisamente, con el sonido. Bustamante, Estopa, Shakira o Bruce no juegan en ningún equipo. Pero ellos sí que consiguieron llevar gente a las gradas.
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