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Sheila Izquierdo
Domingo, 13 de noviembre 2011, 21:58
El hospital de Liencres funciona desde hace escasamente un año con la cuarta parte de su capacidad, una situación que no está ayudando a disminuir las largas listas de espera de la región y a la que se ha llegado después de que la segunda planta del edificio -que albergaba los departamentos de patologías de medicina interna y respiratorias- se trasladara a la octava planta de la Residencia Cantabria y de que la tercera nunca se haya utilizado. Si el centro hospitalario funcionara a pleno rendimiento, tendría capacidad para 135 camas, pero la realidad es que hoy día sólo están en uso las 45 que se ubican en el primer piso -habilitado para hospitalización quirúrgica-, de las cuales sólo 35 están operativas en estos momentos.
La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria sostiene que existe una intención clara de «potenciar» estas instalaciones y para ello, según apuntan desde este departamento, existe un «plan estratégico estructural» que analizará cuál será el uso que en un futuro se le dará al centro sanitario, ya que todo depende de la conclusión de las obras de Valdecilla, ralentizadas por cuestiones de financiación.
De hecho, el plan fue anunciado ya por la propia vicepresidenta del Ejecutivo y consejera de Sanidad y Servicios Sociales, María José Sáenz de Buruaga, hace apenas dos meses, en el transcurso de una sesión parlamentaria. De momento, se desconoce por qué camino va a discurrir el futuro de las instalaciones, ya que todo dependerá de los resultados que se extraigan del estudio estratégico sobre el que, apuntaron, «se está trabajando». Las posibilidades que se barajan son varias, entre ellas, centrar el hospital de Liencres en agudos (intervenciones quirúrgicas) y/o en atención a pacientes crónicos.
Cualquiera que sea el resultado del informe, la realidad es que, a día de hoy, entre los 150 trabajadores que componen la plantilla de las instalaciones es patente la sensación de incertidumbre. Parte de los empleados consultados confían en que Liencres «será por fin aprovechado» de acuerdo con su capacidad, ya que, según afirman, «sería una forma lógica de disminuir las saturaciones que sufren otros centros hospitalarios de la región».
En cambio, otros trabajadores temen que el futuro del centro sea el cierre definitivo y que el suyo propio pase por un traslado a otro hospital. De hecho, ya manifestaron su preocupación al respecto. El pasado mes de marzo, en plena vorágine electoral, 52 trabajadores del centro hospitalario rubricaron un comunicado en el que mostraban el «profundo malestar» por los constantes rumores de clausura de una institución que el Gobierno regional, aseguraron, «está desmantelando».
«Infrautilizado»
Una de las integrantes de la sección sindical de Comisiones Obreras (CC OO) en el Hospital Valdecilla, Arantxa Cossío, afirma que el de Liencres sigue «infrautilizado» y, por ello, a su juicio, la prioridad ahora debe ser que «se utilice al 100%». Cossío, que acudió la pasada semana «a una reunión en Valdecilla en la que se trató este asunto», dice que lo que la han trasladado ha sido que, «si el estudio del hospital de Liencres establece que en las instalaciones se requiere de una inversión desorbitante, no se apostará por seguir con la actividad».
En CC OO, sostiene, «estamos en contra del desmantelamiento de cualquier servicio y menos aún de que se efectúe su traslado a la Residencia Cantabria», donde un buen número de trabajadores, explica, «han desarrollado una hipersensibilidad a determinados productos químicos», que se ha puesto de manifiesto «en la aparición de síntomas como son malestar general, problemas en los ojos y en la boca».
Otro de los sindicatos presentes en el Hospital de Liencres es UGT. Su máximo responsable en el departamento de Sanidad, José Manuel Castillo, se muestra algo más optimista y asegura que con la anterior Administración regional, «había un ánimo de ir minimizando los servicios», pero que, ahora, «parece que ocurre lo contrario, ya que se pretende intensificar». Por ello, Castillo asegura mostrarse receptivo al nuevo planteamiento, «pero con reservas» ya que, dice, «lo que percibimos es que las cosas van muy despacio».
Sin respuesta
«Desde UGT hemos solicitado diversas reuniones con la consejera Sáenz de Buruaga, con el director del Servicio Cántabro de Salud, Santiago Cossío, y con el director de Valdecilla, César Pascual, sin haber obtenido respuesta alguna», afirma Castillo. El sindicalista está seguro de que el futuro de Liencres estará estrechamente vinculado a lo que ocurra con el Hospital Valdecilla, ya que, explica, «cuando esté terminado, otras unidades asistenciales de la red de Cantabria podrían dejar de tener función».
El caso es que el edificio, que fue levantado en el año 1951 y rehabilitado en 1989, dispone de diversos servicios correspondientes a Valdecilla (hospitalización quirúrgica, servicios centrales de extracciones, pruebas funcionales y preoperatorios, laboratorio de análisis clínicos, radiología, administración, farmacia, laboratorio e inmunología), a organismos autónomos (el servicio bucodental, relativo al Gobierno de Cantabria, y el Banco de Sangre y Tejidos, así como el Centro de Estudios de Medicina de Urgencias -CEMU-, a la Fundación Valdecilla) y a contrataciones externas de mantenimiento (Giroa), limpieza (UNI-2) y de cocina.
A simple vista se encuentra en perfectas condiciones, salvo por la presencia de goteras en varios puntos del inmueble, y su ubicación es idónea, apartado del ruido y al cobijo de una extensa zona verde con arbolado.
En declive
En cambio, un recorrido por el interior de su primera planta -la segunda y tercera están cerradas a cal y canto- demuestra que de lo que carece es de un aprovechamiento de los espacios. En la zona norte del primer piso se encuentran actualmente los servicios de laboratorio y farmacia. La situación de cada uno de ellos ha ido en declive en los últimos años, según explican varios trabajadores, dado que, por ejemplo, el número de empleados que a día de hoy se encargan de proporcionar los medicamentos a todo el hospital son tan sólo dos de los siete que había hace años.
La principal razón de esta disminución de personal se debe a que la ampliación del Hospital Valdecilla requirió del traslado de la mayoría de la plantilla, tal y como ha sucedido en varios de los servicios que antes existían.
El ala norte del edificio de Liencres se completa con la zona de quirófanos. En total, hay cinco espacios habilitados para las operaciones, pero se mantienen operativos tan sólo tres.
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