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Imagen de uno de los últimos conciertos de Luétiga, con su actual formación, en la que sólo se mantiene Fernando Diego de los inicios en 1986. :: DM
El largo viaje de la lechuza
MÚSICA

El largo viaje de la lechuza

Luétiga celebra sus 25 años con un festivo concierto en el que plasmará la evolución de la música cántabraAntiguos integrantes del grupo y otros destacados artistas se suman al emotivo homenaje que se celebrará mañana en el teatro del Casyc

JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ

Jueves, 17 de noviembre 2011, 02:07

El vuelo comenzó en 1986 cuando tres jóvenes músicos, los hermanos Fernando y Roberto Diego y Chema Murillo, se unían con la intención de renovar y actualizar la música cántabra e impulsarla más allá de las fronteras regionales. Corrían tiempos de modernización de las músicas tradicionales del norte de España, en un movimiento que tuvo en Milladoiro, desde Galicia, su máximo exponente. A esta senda se sumó Luétiga, convirtiéndose en referente indispensable de la música cántabra desde entonces hasta hoy en día, cuando cumple 25 años de conciertos, discos, grabaciones, rupturas, renacimientos, cambios de estilo...

Y Luétiga ha decidido que la mejor forma de conmemorar este aniversario con su público es a través de un festivo y simbólico concierto en Santander, en el teatro del Casyc, que se celebrará mañana viernes a las 20.30 horas. La actuación pretende ser un recorrido por esta trayectoria y un reflejo del proceso de reelaboración que ha vivido la música cántabra durante estos años, una exposición de la «transición» entre la música tradicional más pura y su modernización por parte de un grupo de folk. Para ello, la actual formación de Luétiga, de la que sólo sobrevive Fernando Diego de los inicios, ha decidido invitar a esta cita tan especial a excomponentes como Chema Murillo, Marcos Bárcena y Paco San José y a otros músicos representativos de la escena tradicional como el 'Malvís' de Tanos, Moisés Serna, Esther Terán, El Cachas, Borja Palacio... También se sumarán al espectáculo la ronda El Liguerucu, los Coros y Danzas de Santander y las pandereteras de El Mimbral, que ya colaboraron con Luétiga este verano en el concierto celebrado en La Porticada, antesala preparatoria del de mañana. Fernando Diego, líder y alma mater, lamenta que le hubiera gustado realizar una gira de celebración de este 25 aniversario más amplia, pero que la actual coyuntura de crisis lo impide.

El lema que ha seleccionado Luétiga para la cita '25 tardíus... ¡que no es pocu!', del escritor cántabro Jesús Rodríguez Leal, es más que significativo para ejemplificar el ejercicio de supervivencia que supone llegar a este aniversario, pero Diego tiene una espina clavada a la hora del recuerdo. A pesar del legado de centenares de conciertos, seis álbumes editados, miles de discos vendidos y colaboraciones con prestigiosos grupos. «Me gustaría haber llegado mucho más lejos, siempre he tenido la sensación de que nos ha faltado un punto más y un plus de reconocimiento en Cantabria que sí obtuvimos fuera», explica. Una deuda que ayer consideró «zanjada de golpe» con la presencia del presidente de Cantabria Ignacio Diego en la presentación del concierto.

Cantera

Hace 25 años la música tradicional y de raíz cántabra estaba a punto de desaparecer. El campo de acción de los viejos piteros, pandereteras y tamborileros se reducía a las fiestas de algunos pueblos y el público joven no se sentía ni identificado ni atraído. Y en este contexto nació Luétiga -que quiere decir «lechuza»-, que tras unos primeros años más celtas se convirtió en precursor de la interpretación de «manera cántabra» de todo ese marco de las músicas celtas que se pusieron de moda a mediados de los 80, distanciándose de una línea «más gaélica», para interpretar las raíces, la cultura y los instrumentos de Cantabria, todo ello «aderezado» con creativas aportaciones personales. «No nos consideramos 'responsables' de la supervivencia de la música cántabra, pero sí del momento que vive en la actualidad: ahora proliferan las escuelas de folclore, los festivales, los intérpretes de música tradicional, una mayor diversidad de los instrumentos que se utilizan... Y de todo esto Luétiga se tiene que atribuir una herencia importante, porque ha sido cantera de muchos músicos que siguen enriqueciendo el panorama», relata Fernando Diego.

Momentos duros

En este largo camino también ha habido momentos de crisis, rupturas y dudas sobre la continuidad del proyecto. «El esfuerzo personal y empresarial ha sido inmenso. Ha habido cambios y salidas lógicas de músicos teniendo en cuenta que no somos un grupo profesional y la gente no podía compatibilizar tareas; y ha habido otros fruto de egos o incompatibilidades, pero cada ruptura ha supuesto, por fortuna, un salto cualitativo importante en el aspecto musical e incorporaciones muy positivas, como los casos de Peter Bulla o Sebastián Rubio por citar algunos de los últimos ejemplos», explica con detalle el líder del ahora octeto.

Fernando Diego no considera que la marcha de su hermano Roberto, también fundador, fuera el momento más duro de esta carrera de fondo que es la trayectoria de Luétiga, aunque su salida despertara polémica. «La única vez que me he tambaleado ha sido cuando el guitarrista Juan Carlos Ruiz me propuso marcharse; fue la crisis más grave, pero por fortuna siguió adelante». Por fortuna y para disfrute de los muchos seguidores que han acompañado y siguen acompañando a Luétiga en este largo viaje que mañana tendrá en el Casyc una parada muy especial. Fernando Diego, Fernando Segura, Juan Carlos Ruiz, Sebastián Rubio, Fernando Gómez, Borja Feal, Peter Bulla y Puri Díaz forman el presente de un conjunto que, gracias al pasado, tiene un futuro asegurado. La historia de la música cántabra, por el momento, ya les tiene en su páginas.

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