Borrar
Las portadas de Daniel Gil 'invaden' las paredes de la sala de exposiciones del Casyc de Caja Cantabria. :: ROBERTO RUIZ
El diseño gráfico como puente artístico
ARTE

El diseño gráfico como puente artístico

La propuesta en torno al diseñador cántabro, un referente del género, muestra el enlace entre la literatura y las artes visuales que supuso su innovadora creatividad La exposición 'Los mil rostros del libro' plasma en el Casyc un millar de portadas de Daniel Gil

JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ

Viernes, 18 de noviembre 2011, 11:33

Su carrera estuvo llena de hitos: es el único artista gráfico español que ha expuesto su obra en la Biblioteca Nacional en dos ocasiones, contribuyó a abrir el sentido y el entendimiento de los españoles hacia el diseño gráfico en una época en la que era un arte totalmente desconocido, convirtió las portadas de libros en metáforas visuales e incluso críticas a pesar de las limitaciones de espacio, fue el primer diseñador que se atrevió a firmar su obra en la contraportada de las ediciones... El santanderino Daniel Gil (1930-2004), cuya aportación al diseño gráfico es clave para entender la cultura visual de hoy en día, es objeto de una merecida exposición homenaje que acoge el Casyc de Caja Cantabria desde ayer hasta el 11 de febrero.

La muestra se estructura en torno a un millar de portadas de libros que muestran «el enlace entre la literatura y las artes visuales» desarrollado por el diseñador y creativo cántabro, que en 1984 recibió la Medalla de Bellas Artes. La sede expositiva de la calle Tantín recoge 1.000 de los cerca de 4.000 volúmenes que ilustró Daniel Gil, la mayor parte para Alianza Editorial, donde desarrolló «el grueso de su carrera» y tuvo «plena libertad» para expresar «vanguardias artísticas», según explicó ayer José Manuel Ruiz Martínez, comisario de la exposición que organizan entre la firma Creando Estudio Gráfico y Caja Cantabria. El presidente y el director de la Obra Social, Ramón Montero y Juan Muñiz, acompañaron al experto en el primer recorrido por la exposición.

En la propuesta se pueden encontrar portadas de libros de Borges, Benedetti, Dostoievski, Chejov, Pérez Galdós... Un largo listado que se inició con la portada del primer libro que ilustró Gil, 'Carta de paz para un hombre extranjero', que ha sido cedido por el propio autor del mismo, Manuel Arce.

Además, en la exposición que se exhibe en el Casyc se puede contemplar material profesional y personal del autor que ha aportado la Escuela Arte 10 de Madrid y los premios que recibió por su trabajo, cedidos por su hermana María Gil.

Auténticas obras de arte

Gil «hizo accesible al gran público el diseño de las grandes formas artísticas» a través de sus creaciones «llamativas y agresivas» que acabaron constituyéndose como «obras de arte». El comisario explica que incluso «había una correlación entre las ventas y las portadas de los libros» ya que «muchos se vendían por su cubierta debido a la estética que trasmitían», algo que ya es completamente común en la actualidad pero infrecuente hace décadas. Durante más de 25 años, Gil fue capaz de «romper con una estética editorial excesivamente convencional para introducir un nuevo lenguaje gráfico más innovador y experimental».

No había límites para el creador santanderino, fallecido hace siete años: era capaz de convertir las limitaciones que suponían el formato del libro y su título en imaginativos diseños llenos de metáforas visuales y hasta críticas.

Al margen de las distinciones 'materiales', a las que hay que añadir dos Premios Laus de Diseño Gráfico y Comunicación Visual, Daniel Gil consiguió un 'premio' mucho más honorífico: fue el primer diseñador que se atrevió a firmar su obra en la contraportada de las ediciones. Este «atrevimiento» se debió a «la gran libertad creativa» con la que Gil contaba en Alianza Editorial y al «respeto» de le tenían los directivos de esta empresa editora, explicó ayer Ruiz Martínez, un experto estudioso y conocedor de su trabajo, ya que este licenciado en Filología Inglesa y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada basó su tesis doctoral en la obra de Daniel Gil.

Relacionado con la historia contemporánea del libro por méritos propios, todo editor y diseñador de cubiertas se ha topado con Daniel Gil y con su obra. Influyó en todos los diseñadores del campo editorial, a causa de su participación en Alianza Editorial desde los primeros años setenta y a la que dedicó 25 años de trabajo. No obstante, colaboró con otras editoriales, caso de Península (Madrid), Euros (Barcelona), Helios (Madrid) o Mondadori (Madrid) y también emprendió otras actividades, entre las que es preciso destacar su labor en el Museo Thyssen-Bornemisza, donde realizó su símbolo gráfico.

Falta de reconocimiento

Ruiz Martínez se quejó de que «todavía no se ha asimilado la enorme aportación que Gil hizo al mundo del diseño», aunque incidió en que esta exposición en Santander «es suficiente para comprender su importancia» no solo como diseñador, sino como «hijo ilustre» de Cantabria.

Puede que parte de esta queja se base en que, pese a que consiguiera en 1984 la Medalla de Bellas Artes, los Premios Nacionales de Diseño no tuvieron en cuenta la magnitud de su figura hasta que en el año 2001 le concedieron una mención honorífica que Gil rechazó. En 2003 la revista de diseño, creatividad y comunicación Visual creó los Premios Daniel Gil de Diseño Editorial, con una doble finalidad: «reivindicar el trabajo de Daniel Gil y el carácter novedoso de sus lenguajes».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El diseño gráfico como puente artístico