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Foto: Sane
«Nos llamaban extranjeros y negros mientras nos daban una paliza»
FUTBOL REGIONAL

«Nos llamaban extranjeros y negros mientras nos daban una paliza»

Un partido de fútbol entre el Internacional y el España de Cueto, terminó con un jugador paraguayo en Urgencias y varios heridos

NIEVES BOLADO

Lunes, 21 de noviembre 2011, 10:02

Dicen los del Internacional Fútbol Club que «esto lo esperábamos en cualquier momento porque el Cueto ya la ha montado en más sitios». Contradicen los del España de Cueto explicando que «todo iba normal, hasta que Eder le dio un puñetazo a Mikel, sin venir a cuento». Si el fútbol exalta pasiones, si incluso puede llegar a producir violencia, si se le añade el aditamento de enfrentar locales contra extranjeros, se traduce en alto riesgo.

La tangana que se organizó ayer, en el campo de fútbol del Complejo La Albericia, durante un partido de Segunda Regional entre el Internacional y el España de Cueto, no sólo se limitó a los jugadores de ambos equipos sino que participaron espectadores, la mayoría familiares y amigos de los contendientes. Y afloraron las frases que exacerbaron más los ánimos: «Nos llamaron extranjeros y negros de mierda, que se cagaban en nuestros muertos, que nos fuéramos a nuestro país», explica, indignado, el jugador senegalés Ndiogou Sene, de 23 años, trabajador de un hotel de Santander, y que dice estar «harto de estas conductas por parte de algunos jugadores de ese equipo».

Mikel Lozano, el número 7 del España de Cueto, y a quien los del Internacional le culpan de haber sido el provocador de la jugada que terminó con una soberana paliza a Eder, aseguraba ayer, también a la puerta de Urgencias, que «él fue el que me dio un puñetazo en el estómago y otro en la boca, al tiempo que me decía que me iba a matar, que me iba a dar una puñalada». También anunció que iba a poner una denuncia.

Lo cierto es que el equipo Internacional, formado por once jugadores españoles, y otros once de diversos países (Paraguay, Perú, Cuba, Argentina, Malí, Senegal...), terminó en Urgencias del Hospital Valdecilla con un jugador, el paraguayo Eder Pintos, con fuertes lesiones tras recibir una contundente paliza; su compañero, el también paraguayo, Orlando Pérez, con contusiones en la espalda y la boca, por puñetazos, y su esposa, Nancy Domínguez, con un esguince en un tobillo. Todos han presentado denuncia en la Policía, exhibiendo los partes firmados por los médicos de guardia.

Todos, a Valdecilla

Cuando los jugadores, el entrenador y el presidente del equipo Internacional F.C., abandonaban ayer el centro hospitalario, al filo de la siete y media de la tarde, llegaban a Valdecilla cuatro jugadores del España de Cueto acompañando a Mikel Lozano Tejada, que se quejaba de dolor en el estómago, por un puñetazo, y de un golpe en la boca. Todos fueron dados de alta y enviados a su domicilio.

La peor parte se la llevó Eder Pintos, que denuncia que fue literalmente pateado, y a quien los médicos le han recomendado reposo en su casa tras los golpes sufridos, especialmente en la zona renal, en la cara, el estómago y en una pierna, y que tuvo que ser ayudado para poder moverse. Sus gestos de dolor eran evidentes.

«Me patearon sin piedad»

En lo único que coinciden los jugadores de ambos equipos es en que en el minuto 40 de la primera parte, y cuando el Internacional iba ganando 1-0, se produjo un jugada controvertida en el centro del campo entre Eder Pintos y Mikel Lozano. Éste último jugador dice que fue entonces cuando recibió un golpe en la cara por parte del paraguayo y éste asegura que, por el contrario, fue el de Cueto quien provocó la agresión. Como consecuencia de este encontronazo, ambos jugadores fueron expulsados del campo por el árbitro y abandonaron el césped camino de los vestuarios.

Ahí es donde difieren las versiones. Según los del Internacional, el hermano de Mikel Lozano «que ya es conocido por episodios similares», saltó al campo, se dirigió a Eder, y sin mediar -según él- palabra comenzó, junto a tres personas más, «a darme una la paliza, me patearon sin piedad, y golpes hasta el punto de que no me podía mover del dolor». Sus compañeros confirman su relato y añaden «que no sólo fueron golpes sino también todo tipo de insultos que son difíciles de repetir. El más suave, negros, hijos de puta», explicaba Ndiogou Sene.

Mikel Lozano cuenta lo contrario, que la única intervención que hizo su hermano fue para tratar de defenderle a él del ataque de los contrarios. Ahora queda por saber en qué momento se reanudará el partido que tendrá morbo añadido.

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